Desde lo sucedido durante el atentado de Barcelona, es evidente que España necesita unirse más que nunca para hacer frente no solo a la amenaza terrorista, sino a un panorama que cada vez se ve más fragmentado por la división entre la extrema izquierda y los partidos más conservadores. Sin embargo, la postura de los radicales no ha sido especialmente de ayuda, desde su lanzaran un mensaje en la que señalan a la propia España como responsable de lo ocurrido en Las Ramblas y Cambrills.

Ante las tensiones actuales, Felipe VI se ha propuesto poner de su parte para unificar a la nación.

Fue Mariano Rajoy quien también quiso caldear los ánimos de los manifestantes en Barcelona, queriendo atenuar cualquier tendencia ideológica y destacando tanto el desempeño de la Guardia Civil, como la de los Mossos d'Esquadra y otras organizaciones al momento de prestar su apoyo en tan difícil situación.

No todo salió como se tenía previsto

No obstante, no todo salió como se tenía previsto. Nada más presentarse el rey Felipe VI en las proximidades del Paseo de Gràcia, se dejaron escuchar una serie de abucheos y gritos indignados, que coreaban "¡fuera!" ante el paso del monarca. Testigos del bochornoso momento fueron el propio Mariano Rajoy, Puigdemont y la alcaldesa Ada Colau.

En contraste con los esfuerzos de dichos políticos, la izquierda española ha insistido en vincular de manera irremediable al terrorismo con la democracia de Occidente; un mal al que personalidades como Pablo Iglesias, se refieren como un triste precio a pagar por la libertad de expresión.

Y es que se quiera ver o no, los terroristas han hallado más facilidades para actuar bajo los estatutos de los extremistas que se oponen a la derecha.

Los hechos descritos anteriormente fueron informados por una editorial del diario ABC, el cual no ha dejado de considerar como correcta la actitud de Mariano Rajoy, quien pese a la opinión general, no ha dado lugar a más controversias con respecto al separatismo.

Algo que de cualquier manera no ha podido evitar desde que la CUP emitiera un mensaje para conmover a la audiencia, excluyendo todo tipo de ideologías de la amenaza yihadista y llamando a la unión social y política, para enfrentar de una vez por todas a quienes amenazan la seguridad de los inocentes.

Para ellos, desde luego, España sí que tiene toda la responsabilidad de los atentados y sus palabras se encuentran muy lejos de promover unidad alguna de verdad.