El poder de la imagen no es algo actual, desde el comienzo de la vida en Sociedad los hombres han utilizado símbolos, especialmente para demostrar el poder. Enmanuel Macron lo sabe muy bien, por eso tiene muy claro cómo quiere construir su imagen. Antes de ser elegido ya lo llamaban el “presidente jupeterino”. En la mitología clásica Júpiter (Zeus en griego) era el rey de dioses y de hombres y eso siempre genera un aura de admiración y distanciamiento.

Su primer discurso tras la victoria electoral lo dio ante la pirámide del Louvre, y después recorrió Los Campos Eliseos en un vehículo militar.

Utiliza el Palacio de Versalles, el palacio de los reyes, tanto para recibir a Putin como para convocar a su “corte”, es decir al Congreso y el Senado, en una sesión extraordinaria. Algo que por cierto no se había hecho nunca y ha llevado a la oposición a tacharlo abiertamente de “imperialista”.

Macron busca reforzar su autoridad pública, él mismo ha declarado que entiende la “autoridad como un ascendente natural” que no es preciso demostrar. Su fotografía oficial es una clara muestra de esto, ha sabido combinar los mejores símbolos de sus antecesores, De Gaulle, Pompidou y Mitterrand optaron por posar delante de la biblioteca, Sarkozy, Hollande y Chirac los hicieron en los jardines del Eliseo.

Macron ha conseguido estar a la vez dentro y fuera, utilizando su despacho con la ventana abierta a los jardines, controla el mundo desde su escritorio.

Sobre él se encuentran los libros que considera fundamentales: Rojo y Negro de Stendhal, un libro al que ha dicho que recurre una y otra vez, Los Alimentos Terrenales de André Guide una especie de canto a la vida y las Memorias de Guerra de De Gaulle, abiertas no al azar.

La modernidad y la tecnología se cuelan en la foto a través de los dos teléfonos móviles que acompañan al presidente. Como también lo hace el tiempo, a través del reloj dorado que preside los miércoles el Consejo de Ministros. Macron ha declarado alguna vez que él quiere ser “el maestro de relojes” el dueño del tiempo, ser él quien maneje el tiempo en lugar de dejarse llevar por la presión mediática.

Además, se sitúa entre dos banderas, la francesa y la europea, dando un claro protagonismo a su visión Política europeísta. La fotografía recuerda a la que presentó Obama en su segundo mandato, sin embargo Macron parece más rígido, más controlador...