El Partido Socialista se encuentra en una vorágine de credibilidad para con sus votantes, pero también con la zapatilla de sus amos (IBEX 35) sobre sus cabezas. Después de repetir sus políticos y periodistas afines, una y otra vez, que Pedro Sánchez no es presidente porque Pablo Iglesias votó junto a Mariano Rajoy, una manipulación dialéctica correlacional barata a mi entender, oculta la frustración de un partido que ha dejado de representar a las clases populares desde hace mucho tiempo.

El entonces Secretario General del partido tras las elecciones del 20 de Diciembre, Pedro Sánchez, veía como Pablo Iglesias tomaba la iniciativa y anunciaba que estaban dispuestos a apoyar un gobierno socialista a cambio de entrar en distintos ministerios.

Vimos como la prensa entonces salía en tromba para atacar la ambición política del representante de Podemos, suponiendo que éstos deben estar al servicio del PSOE con la cabeza gacha y esperando instrucciones, y daba además una excusa perfecta (y se les conducía premeditadamente desde poderes económicos) a los socialistas para redirigir su rumbo a la derecha más rancia perfumada de nuevas apariencias (Ciudadanos). ¿Qué sucede entonces? Pacta un programa de 200 medidas con el señor Rivera, muy lejos de ser progresistas, para ´invitar´ con chantaje barato a Podemos a abstenerse con la falacia entonces de moda que aún hoy repiten; ¨Si no estás a favor de la candidatura de Sánchez, estaba votando junto a y por Mariano Rajoy.

Los de Pablo Iglesias aguantan el envite y anunciaban, con tanta precisión sabida luego y criticada entonces, que ese programa estaba redactado para atraer al Partido Popular y no a ellos.

Tras no llegar a buen puerto negociaciones posteriores y convocarse nuevos comicios, el Partido Popular carcomido por la corrupción y políticas austeras con privatizaciones ´sospechosas´ de los servicios públicos que dañaban gravemente la vida de la gente, no sólo sale airoso del circo socialista, si no que crece en escaños para dar ahora sí facilidades al IBEX 35 de colocar a sus discípulos naranjas en la situación decisiva que tanto buscaban para formar gobierno.

Después de cortar la cabeza de Sánchez, hoy convertido por sus propios compañeros de partido más cerca del poder en un peligroso izquierdista, nacía la esperanza llegada desde Andalucía. Susana Díaz se convierte en un icono llevado en carruaje como la candidata que ´no pierde´, mientras la Gestora continua fregando los cacharros de los corruptos de ´España en serio´ con Venezuela en la boca y culpando de todo a Pablo Iglesias.

Y llegamos hasta hoy, el ahora más preciso, un Partido Socialista que se debate entre la candidata del IBEX 35 con su acento exagerado en un intento de imitar a Felipe González con su dialéctica manipuladora en contradicción con sus políticas. Y un Pedro Sánchez que parece haberse despertado de un mal sueño, en el que pactó con el rancio centro más extremista y vacío, para culpar de sus malas decisiones a Podemos que no se ha movido de su sitio. Lo curioso de todo es que, al ser preguntado por la moción de censura contra Mariano Rajoy respondía con la curiosa frase ¨Sí, pero no la que propone Iglesias¨. Parece más la respuesta de un niño que tiene que ser el protagonista.

Mi reflexión final en forma de pregunta es la siguiente ¿No era más lógico pactar después del 20D con Podemos, primero por cercanía ideológica y segundo por cantidad de escaños?

¿No es absurdo continuar con la falacia de culpar a Podemos de no haber un Gobierno del ´cambio´ cuando de las 200 medidas que pactaron con Ciudadanos, 120 estaban en el mismo acuerdo de los de Rivera con el Partido Popular? El 21 de Mayo se derime mucho más que un nuevo secretario o secretaria socialista. Mi impresión es que si gana Susana Díaz el PP gobernará los próximos veinte años ya que, aunque del lenguaje de los que apoyan a la andaluza se crean las memeces que dicen, Podemos ha llegado para quedarse. Es un movimiento ciudadano, no es sólo Pablo Iglesias. Puede entenderse fácilmente de muchos dirigentes socialistas que si gana Díaz volverá el bipartidismo, ya que esperan no sólo ganar al PP, si no que parece que lo harán por mayoría absoluta para disfrute de la élite de este país.