Hace un tiempo, el (ya) expresidente de la Generalitat, el señor Artur Mas, sorprendía (y cabreaba también a apartes iguales) al país con su rebeldía y su pasotismo hacia el resto de personas, convocando de forma fraudulenta y sin consentimiento la consulta del 9-N en la provincia de Cataluña.

Después de mucho ajetreo, hoy, el Tribunal de Justicia ha condenado (por fin) a Artur Mas, junto a sus consejeras, Joana Ortega y Irene Rigau, a poco mas de un año y pico de inhabilitación, por lo que, no podrán obtener ningún tipo de cargo en el gobierno de ninguna provincia.

Pero, ¿al señor Artur Mas solo le han dado dos años de inhabilitación, junto a sus consejeras que también estaban inculpadas? ¿Tan poco, después de todo lo que ha hecho? Una cosa está clara; en este país hay diferente tipo de justicia, una para los pobres (gente de a pie, ciudadanos, claro) y otra para los ricos y/o cargos públicos. Y esto es así, es una verguenza, da mucha rabia que el sistema judicial sea tan fraudulento y tan mezquino, pero es que ya se sabe que los políticos se arreglan sus asuntos desde el gobierno para volverse intocables, como se creía el señor Mas a la hora de convocar la consulta del 9-N, por lo que cuando se tienen que sentar en el banquillo, no podrás observar ni un atisbo de preocupación en sus ojos, porque saben muy bien que no les pasará nada.

Mientras a un pobre desgraciado que robe una barra de pan en una panadería le condenen a años de carcel, a un político corrupto del montón, que se cree ser el rey de los mares, estar por encima de toda autoridad y demás falacias que me ponen enferma, "solo" se le condena a dos añitos de inhabilitación, sabiendo de sobra que cuando acabe ese periodo, estará ya preparando su discursito de vuelta a las andadas, tal y como ha anunciado hoy mismo al saberse la sentencia.

Según sus propias palabras, el señor Mas "no se arrepiente de nada, y lo volvería a hacer". ¡Claro que sí, si aquí nadie te va a tocar ni un pelo! Y lo peor de todo es que creemos que esto es culpa solo del gobierno, y la culpa en parte la tenemos todos por no plantarle cara a quien debemos de plantarle cara.

Solo añadir que todo esto es de vergüenza.