Es muy probable que, como yo misma, siempre haya sido una tarea pendiente la de ir a egipto por contar en la memoria con imágenes únicas que sólo parecían relegadas para los mejores documentales. Pensar que allí se puede, no sólo visitar templos y tumbas, sino ser espectador directo de una parte importante de la historia del ser humano, se me antojaba irresistible. Por fin iba a ver las pirámides y, además, tendría la oportunidad, a través de un crucero por el Nilo, de aprovechar mi tiempo al máximo y de contar con un guía, en habla hispana, que me contara todos los detalles más interesantes.

Craso error.

Este tipo de ofertas, por llamarlas de algunas manera, resultan de lo más atractivas a primera vista. Cuentan con unos cuantos días navegando por el río Nilo (pueden ser 5, 7...) donde se recala en los lugares clave para ver templos destacados, como es el caso de los templos de Edfu, Kom Ombo y Philae en Aswan; el Valle de los Reyes, los Colosos de Memmon y los templos de Hachepsut, Luxor y Karnak en Luxor. Por último, se para en el Cairo para ver las Pirámides más famosas y la Esfinge. El precio tampoco está mal, pero es ahí donde está la trampa.

Siempre son menos días de lo que se creen

Estas compañías, en mi caso hice la reserva a través de Vendeviaje.com pero luego me figuran en los papeles hasta tres más (a saber: Dunas Travel Egipto, Royal Wawel Tours y Muchoviaje.com) cuentan con los peores billetes de avión para el viajero.

¿Por qué? Porque el primer día se llega de noche o de madrugada y el último también hay que irse a primera hora. Siendo así, esos dos días es como sino contaran, así de simple. Y esto es a tener en cuenta para organizarse en un destino donde hay tanto por ver.

Yo insistí en saber los horarios de los vuelos antes de comprar nada, pero no es que ellos cuenten con esta información disponible para el comprador en su página web, no vaya a ser que una información precisa de lo que ofertan no resulte ser tan atractiva.

Como a esas alturas yo ya tenía todo pensado, me decidí a hacerlo igualmente.

Cambian lo que quieren sin avisar al comprador

Pese a haber viajado mucho y por diferentes continentes nunca me había encontrado con el caso de que, cambiando algo de lo que se ha acordado, no se le comunique, de forma inmediata, al comprador y se espere a su consentimiento.

Hay que tener presente que Egipto vive un momento complicado. El turismo ha caído mucho por los atentados de abril y no ha dejado de hacerlo con el último ocurrido en una mezquita. Siendo así, su moneda también se ha visto afectada, a favor del euro. Con este contexto uno se esperaría que cuidaran, y mucho, a quienes se deciden a visitarlos, pero no es el caso.

Al llegar allí, como comentaba, ya a altas horas de la noche, me dicen que nos vamos a un barco. Como yo tengo todo planificado les explico que, según lo acordado, debo ir a un hotel esa noche ya que ellos no saben si yo he quedado en ese hotel, he de hacer una gestión cerca o lo que sea. Simplemente me dicen que eso nos lo saltamos y vamos al barco.

Bueno, vale... La siguiente sorpresa es que no es el barco acordado tampoco. Aunque se excusen en que el cambio es a mejor, repito que este tipo de cosas tiene derecho el comprador de cualquier bien o servicio, a saberlas de antemano y a dar el consentimiento. A no ser, claro, que se trate de causas de fuerza mayor, seguridad o similares, pero no era el caso.

Más pérdida de tiempo durante el viaje

La poca organización de estas empresas hace que no sólo se pierdan el día de ida y el de vuelta también unas cuantas valiosas horas entre medias. Sin ir más lejos, el quinto día de este viaje se planificó ver, nada más y nada menos que: los Colosos de Memmon, Karnak, Templo funerario de la reina Hachepsut, el Valle de los Reyes con 3 tumbas y una fábrica de alabastro.

Y, todo esto, en una sola mañana.

El ávido lector se habrá dado cuenta, aún sin estar nunca en estos lugares, de que son muchos a visitar y que hay que ver todos ellos deprisa y corriendo, lo que es una pena porque uno se queda con la sensación de tener que volver para poder ver todo como se merece. Aquí ya se van sumando cosas que hacen que esa oferta inicial parezca menos.

En el mismo Valle de los Reyes vimos sólo 3 tumbas. El guía nos dijo que eran de las más destacadas y no estaban nada mal, para ser sinceros, pero nos quedaron algunas de lo más interesantes en el tintero. No es que esperara ver todas, lógicamente, pero sí tener más margen de maniobra. Cuando entre los viajeros hablamos entre nosotros sobre la posibilidad de ver más, ya estábamos volviendo a la furgoneta que nos llevaba al siguiente lugar...

Y así, constantemente.

Eso sí, ese día a la tarde nos quedamos en el barco esperando casi siete horas para coger el avión a El Cairo. Con el check out hecho desde las 08:00 de la mañana, aquello se me antojó eterno y hubiese preferido seguir con esas excursiones por más tiempo.

Cuidado con los hoteles en Giza

Estos viajes, como decía, suelen tener ese crucero por el Nilo de días y, después, se llega a El Cairo en avión. Como en mi contrato me aparecía la frase, literal de “3 Noches Cairo” pensé que sería en la ciudad, pero no.

Nos alojaron en Giza. Desde el hotel no se veían las pirámides, lo único más o menos cercano y no había nada a nuestro alrededor más que desierto y carretera. ¿En qué se traduce esto?

En una nueva pérdida de tiempo porque cada vez que hay que ir a El Cairo uno tiene que contar con unas 3 horas de viaje (una y media de ida y una y media de vuelta) Y esto con suerte porque el tráfico allí es de lo más caótico.

Me dio por preguntar en el hotel dónde se podría comer por allí cerca porque una acaba harta de tener que depender de unas instalaciones. Si buscara algo tipo Marina D'or me habría quedado en España. La respuesta fue clara: “El restaurante más cercano queda a 2 kilómetros” Así que no es sólo que se pierda ese tiempo que queda es que, además, las cenas serán en su restaurante, mucho más caro que lo que resulta comer en El Cairo, pero no por ello mucho mejor, para nada. De hecho, para mí fue la peor comida del viaje con diferencia.

Precios abusivos para todo

La necesidad es lo que mueve a las personas y puedo entender que un país donde resulta normal encontrarse con calles llenas de basura y gente que se agolpa para conseguir que les 'regales' un euro traten de sacar beneficio y se agudice su picaresca pero lo que presencié fue exagerado.

Como conozco el sector del turismo de primera mano puedo decir, sin lugar a dudas, que una excursión de 100 euros por persona, aunque se trate de Abu Simbel es un timo con todas las letras. Hasta para eso hay que regatear y llegan a hacer ofertas diciendo que sólo lo hacen por una y que es la primera vez...

Alternativa económica para moverse por El Cairo

La aplicación Uber es la gran aliada y la que hace que cualquiera que pueda contar con Internet se ahorre cientos y cientos de euros.

Tan sólo hay que instalarla. Ella se encarga de situar a la persona en el mapa mediante el GPS que tiene el móvil e introducir el lugar de destino. En pocos minutos se presente un conductor y el precio es irrisorio. Lo más que llegué a pagar fueron 4 euros por el largo viaje de la ciudad al hotel en Giza.

Para tener Internet lo mejor es hacerse con una tarjeta de datos en el lugar, ya que cuestan unos 3 euros y tienen 4GB. Los guías las venden por 10 o 15 euros. Mejor comprarla directamente en el aeropuerto.

Sobre Internet también decir que yo pregunté, específicamente, por este servicio y me dijeron que sí que había en los lugares donde me alojaba. Cuando llegué vi que era de pago y como todo lo demás que no llevé contratado a precios europeos que no tienen cabida en Egipto.

Seamos serios con esto que la gente va muy informada hoy en día. Hasta el guía me llegó a reconocer que estas cosas funcionan con quienes no se informan. Gente que pueden ser como mis abuelos, que no es que no se informen, es que su uso de las tecnologías es más limitado. Vergüenza me dio saber esto.

Propinas que no tienen sentido

Por último, aunque esto bien daría para un libro. Las compañías antes mencionadas te dicen que no se incluye en el precio final los 93 euros en propinas y visado. El visado cuesta, exactamente 25 dólares (unos 23 euros) Los otros 70 euros son en propinas.

Vamos a ver, una persona da propinas cuando le ha gustado el servicio, ¿no? No se pagan, porque sí, por adelantando.

Esto sumando a que la Libra Egipcia ha vuelto a caer es todo un despropósito. Además, las propinas al guía no están incluidas.

Egipto sí merece la pena

Eso sí, y como empecé diciendo, Egipto queda al margen de estos chanchullos y mala gestión. No defraudó la visita a la Gran Pirámide, ni adentrarse en ella. Repetiría, sin duda, la experiencia de estar frente a los tesoros encontrados en la tumba de Tutankamón y me detendría, con mucha más calma, a observar todos y cada unos de los templos.

Tienen suerte de contar con todas estas cosas únicas pues sino el negocio ya habría quebrado hace tiempo. Con esto y con el miedo de no saber a lo que uno se va a encontrar allí y querer asegurar todo antes de partir.