Desde hace ya más de 3 años, la agencia Leo Burnett presenta como cada Navidad el esperado spot de Loterías de Navidad. Este año ha sido aun mayor la expectativa ya que contaban con la dirección del gran Alejandro Amenábar.

Ya hemos oído algunas opiniones no favorables acerca de la nueva y original apuesta para estas fechas, pero precisamente eso es lo que me ha llevado a escribir sobre el tema. Ya se han comentado todos los detalles del mismo por lo que mi crítica no será sobre eso, sino más bien relacionada con el contexto de la publicidad.

Recuerdo el día en que el film llegó a la pequeña pantalla

Decidida, lo primero que hice fue buscar en Youtube la versión extendida, 19:44 minutos para ser exactos. Pero antes de continuar, he de decir que me apasiona el mundo de la publicidad y a su vez soy muy crítica con ella. En mi opinión, creo que España aun tiene mucho por dar en el ámbito creativo, donde otros países como Brasil o Argentina se atreven con casi todo y no tienen los filtros que aquí nos frenan. Cuando un trabajo es nuevo se generan opiniones al respecto, generalmente no favorables, y ahí está la pista de que es creativo. Podrá ser bueno o no, pero es diferente, y eso le asusta a la gente. La sociedad quiere cosas comunes, que puedan reconocer en su día a día, o lo también conocido en nuestra jerga como insight.

Cuesta salir de la burbuja en la que la propia publicidad nos ha metido.

Y es por eso que ahora más que nunca debemos premiar las cosas nuevas. Y no digo "nuevas" con letra pequeña, sino algo nuevo de verdad, que no hayamos visto antes, que sorprenda. Ya hay tanto de todo que nada es nuevo realmente. Nada sorprende, y eso es un gran reto para los creativos de este país.

Tras este breve paréntesis, recuerdo que vi la versión completa de Danielle pendiente de cada detalle, y seguidamente busqué el spot corto de televisión.

Aquí cabe mencionar el trabajo que hay detrás de reducir a menos de 4 minutos el trabajo de casi 20. Porque lo realmente difícil es sintetizar una historia, que en poco tiempo lo cuente todo sin perder la chispa. Chapó.

La creatividad nos asusta

Cuando terminé pensé "Este hombre no tiene miedo". Y con "este hombre" me refiero a Amenábar.

Solo alguien así es capaz de arriesgar al punto de hacer del protagonista del dulce, emotivo y clásico spot de Loterías de Navidad a un extraterrestre. Por eso su cine es bueno. Es arriesgado pero con una gran idea detrás. Apuesta por algo que quizás otro no vea o al verlo piense "No, es una locura".

Bravo por Leo Burnett, por apostar por este gran cambio en la una de las estaciones claves de la publicidad. Y bravo por el cliente de Loterías y Apuestas del Estado, porque no todos los clientes tienen el valor de comprar algo así, logrando diferenciarse de cualquier otra marca.

También podemos ver entre líneas un mensaje muy claro de aquellos que suelen decir "si es que yo no tengo suerte". Un concepto creativo que abarca aun más el target.

Este spot se mete en el bolsillo a los que aun quedaban fuera de la magia de la Navidad. Y es que las cartas están muy bien jugadas. Bajo el personaje del chico que queda prendado de Danielle vemos un joven que comparte piso y trabaja.

Que intenta apostar por el inglés pero vemos que no lo domina del todo. Un chico humilde y simpático que no confía en si mismo porque es de esos que piensa "si es que yo no tengo suerte", o lo que quizás podría ser el reflejo de nuestro país. Un país donde los jóvenes luchan por independizarse en pocos metros cuadrados por una fortuna, donde las prácticas no dan para vivir y hay que compaginar con otros trabajos. Un país donde aprender otro idioma es indispensable para buscar oportunidades fuera de él.

Un país donde la ilusión y la suerte no estarían de más en estas fechas. Y después decimos que no hay insights este año, pero han dado en el clavo.

Podría continuar con un riguroso exámen al que da pie este film de Alejandro, pero el mensaje que quiero transmitir es mi apoyo hacia un país mejor, más rico, culto y con más oportunidades. Un lugar donde la creatividad no nos asuste. Un lugar donde, ojalá, no necesitemos suerte y creamos en nosotros mismos.