Apenas llegó a Netflix la segunda temporada de Stranger Things y de inmediato mi pareja y yo preparamos palomitas para entregarnos a un maratón. La primera temporada nos gustó mucho, así que el plan era ver todos los capítulos, porque ambos recordábamos cómo hacíamos clic en el siguiente inmersos en el deseo de saber qué pasará después. Pero más o menos después del tercer capítulo de la temporada nueva nos dimos cuenta de que "algo" faltaba; si de pronto comienzas a buscar excusas para hacer otra cosa, te levantas a buscar algo en la cocina y cuando tu pareja te pregunta si le pone "pausa" tú contestas que no, el asunto es grave.

Y es que si puedes perderte esa, o cualquier otra escena, es porque la escena contiene información que ya conocías, o superflua. Estar en la cocina haciendo palomitas y revisando tu Facebook en el celular mientras los personajes redundan es señal de que deberías estar haciendo otra cosa.

Claro, no solo le pasó a Stranger Things. También le pasó a Better Call Saul, o a Ray Donovan. Le pasa a las mejores Series y pasa porque todos los elementos que te cautivaron la primera vez están ahí, absolutamente todos. Eso tendría que significar que el resultado final debe ser bueno, pero lo que en verdad sucede es que si tienes los mismos personajes, los mismos o similares villanos, en el mismo lugar, por más que el escritor intente dar un giro a la trama resultará que no puede generar situaciones distintas con esos mismos elementos.

La solución no está, sin embargo, en crear una trama demasiado distinta que termine ahuyentando a aquellos que visitan la serie porque desean ver más de ese mundo. Como todo en la vida, un balance entre lo conocido y lo desconocido es necesario.

Salir de la zona de confort

En algunas series se percibe el temor que tienen los escritores/productores de alejarse de la fórmula que los popularizó, y con mucha razón.

Basta ver el fracaso de True Detective, donde se decidió que ningún elemento de la historia continuaría en su segunda parte. Se podría decir que a eso se debió su fracaso pero entonces me viene a la mente Fargo, que también hizo lo mismo, borrón y cuenta nueva de personajes, villanos y situaciones, con resultados muy positivos en la audiencia.

¿En qué consiste entonces?

El primer punto, considero que se debe identificar qué es lo que la audiencia está buscando al visitar una serie. Las historias funcionan bien por todos sus elementos, pero siempre existe en ellas algo que pesa más. Si son sus personajes, habría que analizar por qué. En algunas series esto es muy evidente, Dexter, el asesino en serie que mata asesinos, tuvo una segunda, y tercera temporada muy recomendables. Algunos dirán que es porque está basada en libros, como es el caso apenas mencionado, que la segunda temporada acierta a nivel argumental, pero diría que es porque el escritor en su segunda novela tiene más espacio para notar redundancias, y que las editoriales se muestran reacias a pagar por un segundo libro que es casi igual que el primero.

En cambio, notamos cómo en la televisión, las líneas argumentales redundantes o flojas son admitidas, pues creen que existen otros elementos que pueden ocultar fallos de este tipo, y tienen razón, en muchos casos el argumento de la historia puede volverse irrelevante ya en una quinta o séptima temporada, y de inmediato pienso en Game of Thrones como ejemplo de esto.

  • Exigir mejores líneas argumentales

Si las historias redundantes y flojas te molestan como a mí, probablemente te sientas solo en el mundo. Sobre todo porque en muchas ocasiones la única forma de descubrir que una serie es buena o mala es dedicándole tiempo.

Pero lo que sí podemos hacer, sobre todo si cuentas con un servicio como Netflix, es abandonar la serie a la mitad.

No tienes que escribir un comentario, o calificar bajo, simplemente no ver todos los capítulos le proporciona al sistema toda la información que necesita, y que seguramente llegará a las manos indicadas. Aunque des una reseña negativa o dejes sin estrellas esas series que no te gustaron, si aún así miras todos sus capítulos, el mensaje a los creadores es que no importa si hacen un buen o mal producto, de todos modos los fans lo van a consumir.

Exigir calidad con lo que se consume es lo que propiciará que los creadores de tu serie predilecta no la echen a perder con tal de salir pronto con la siguiente temporada.