"Dirigida por David Fincher" ya es un enunciado lo suficientemente atractivo como para despertar la curiosidad de cualquier espectador sobre la obra en la que aparezca. Últimamente, si a esto también se le añade el cartel de Netflix, de momento podemos asegurar que el listón está muy alto. Y es que el primer trabajo que realizaron juntos fue House of Cards, una serie tremendamente interesante sobre los entresijos de la casa blanca y las luchas de poder en las altas esferas del gobierno estadounidense.

Pero si algo ha demostrado Fincher hasta el momento es su interés por diferentes temáticas y del presidente de los Estados Unidos se ha pasado a una pareja de detectives del FBI que entrevistan a asesinos en serie durante los años 70.

La premisa está basada en el libro Mindhunter: Inside the FBI's Elite Serial Crime Unit escrito por John E. Douglas y sus estudios sobre la psicología y las "justificaciones" de los asesinos en serie más famosos de Estados Unidos.

Basada en hechos "reales"

Este libro ha servido como base de estudios criminológicos posteriores a la década de los 70, pero también dentro del mundo del cine. Tomas Harris lo tomó como referencia para el desarrollo del personaje de Jack Crawford en El Silencio de los Corderos. Fincher también ha tomado al protagonista para crear al personaje principal de la serie, Holden Ford, un detective del FBI que comienza a realizar estudios sobre asesinos en serie, interesándose más por las motivaciones de sus crímenes que por tacharles de simples trastornados.

Esta naturalidad está muy presente en toda la primera temporada de la serie. La puesta en escena y las características técnicas que muestra Fincher en sus obras encaja a la perfección con el estilo de la obra y con esa intención de hacer que nos creamos lo que estamos viendo. Además de esto ese estilo sombrío, con un gran juego de sombras de la fotografía, también sirve perfectamente para ambientar las escenas y para definir y delimitar la personalidad de la serie.

Personajes interesantes con un gran guión

A esta naturalidad y verosimilitud de la obra ayuda mucho el reparto elegido. La pareja protagonista de agentes del FBI son una suerte de Mulder y Scully elegidos por Fincher. También tienen ese aire de humor negro que relaja y suaviza los peliagudos temas de los que tratan, pero en general el ambiente es mucho más serio y maduro que la gran obra de Chris Carter.

Se trata de dos personajes muy bien definidos y con personalidades muy diferentes: el detective experimentado y el novato que solo piensa en implantar nuevas ideas (algo parecido a lo que ocurre en Seven).

A esto también ayuda mucho el trabajo de guión que sustenta toda la obra. Personajes muy interesantes, bien trabajados y que van desarrollándose según transcurren los capítulos. Se trata de una obra inconformista que busca ir más allá en cada capítulo, buscando nuevas temáticas y personajes que enriquezcan la obra sin salirse de los parámetros generales que quiere tratar.

Desde luego se trata de una de los nuevos estrenos más interesantes que Netflix ha presentado esta temporada. Para todos los que disfrutaron de Zodiac, para todos los que les guste David Fincher, o simplemente para los que quieran saborear una obra con las ideas claras y bien hecha, Mindhunter es su serie.