Los peruanos nacidos a inicios de los noventa fueron los primeros en crecer sin terrorismo. De esta generación que bordea los treinta años, muchos han ido a la universidad, han vivido la dictadura de Alberto Fujimori (1990-2000) y más de tres puntos negativos de una democracia en ciernes con muchos vacíos fundamentales. ¿Cómo se siente esta generación peruana profesional para la que es difícil encontrar un buen trabajo y estable? ¿Dónde están estos miles de peruanos jóvenes que han terminado la universidad? ¿Qué están haciendo?

Esta generación –de la cual yo me siento parte- está dispersa por el mundo y muchos de ellos están, por supuesto, en el país, tratando de hacer una maestría, un postgrado, y pagando las carísimas escuelas de Lima.

Y claro, trabajando y estudiando porque a estas escuelas solo puedes acceder si puedes pagar 20 mil dólares o más.

Por eso, miles de peruanos sin recursos no pueden estudiar, lo que los pone en desventaja con quien sí puede pagar una escuela privada. En pocas palabras: la desigualdad en el Perú muestra una de sus caras más crudas cuando vemos los abismos de diferencias educativas entre lo público y lo privado.

Sin que lo privado, por supuesto, te garantice que te vuelvas un genio de las matemáticas.

Salir del Perú

“Yo me fui del Perú porque acá me va mejor, tengo un trabajo de mi carrera, la vida es más tranquila y creo que mis hijos se van a educar mejor acá”, dice una amiga abogada de la Universidad de Lima, quien hizo una maestría en Holanda y ahora encontró un trabajo en Luxemburgo.

Entonces, un panorama de profesionales de las bellas artes, ciencias sociales, humanidades, entre otros, se van del Perú, justamente, para ver otras caras de la vida laboral, con otros sueldos, y diferentes perspectivas y aprendizajes. Hoy jóvenes entre 25 y 33, egresados de las mejores universidad del Perú, se van para ganarse un espacio y desarrollar sus capacidades y talentos porque sienten que no pueden en el país.

¿Por qué el Perú se muestra como un país difícil para el desarrollo profesional en muchos campos del conocimiento?

El Perú necesita talentos

Lo peor es que esto tiene un peligro más grave: muchos de lo que se van al exterior no vuelven. Un daño delicado pues Perú es un país que necesita de sus talentos y por eso debería mostrarse amable a todas las ramas del conocimiento y trabajar en volverse un lugar interesante para trabajar y estudiar.

“Estoy buscando conocer más gente, tener más mundo, yo no sé si regresaré al Perú, pero creo que aquí estoy aprendiendo más y eso es bueno para mi carrera”, cuenta un estudiante de Comunicaciones de la Universidad de Lima y que hoy hace una maestría en cine en la Universidad Carlos III de Madrid.

Hoy más que nunca, el Perú necesita a sus talentos en casa.