Era previsible. La fuga de empresas continúa ante la inestabilidad política originada por el proceso independentista, mientras otras, como Freixenet y Seat, aún resisten a la espera de lo que ocurra tras las elecciones del 21 de diciembre, hasta Leo Messi ha manifestado su malestar. Aunque tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución la cifra diaria ha descendido, el número total desde el 1 de octubre podría llegar a las tres mil antes de las elecciones. “Con la tontería del independentismo, Cataluña se ha quedado atrás”, afirmaba la conocida diseñadora Agata Ruiz de la Prada, después de cerrar su tienda de moda en Barcelona.

El fruto de los enfrentamientos en Cataluña

Este es el resultado de toda una generación educada durante años en el victimismo masoquista del que hicieron gala algunos exaltados en las imágenes del enfrentamiento con la policía. Por increíble que parezca, en una de ellas podía verse como una chica joven se enfrentaba a cuerpo limpio con los agentes y recibía un golpe con una porra, pero lejos de amedrentarse, inmediatamente volvió otra vez para que la sacudieran de nuevo, al parecer no quedó satisfecha con el primer envite, después se fotografiaba orgullosa con la cara magullada mientras votaba en el referéndum ilegal del uno de octubre.

Asombrados nos quedamos también cuando un padre llevaba a su hijo pequeño en los hombros durante otro enfrentamiento con un policía que insistía en que lo bajase al suelo, por no hablar de la famosa víctima a quien le habían roto todos los dedos y “tocado las tetas” durante la agresión.

Éste es el verdadero rostro del nacionalismo catalán, con esto es con lo que nos enfrentamos, cuanto peor mejor, no les importan los daños propios si sirven a la causa, si su sufrimiento sirve para argumentar el discurso victimista, y mentir para lastimar la imagen de España.

Crisis de identidad

Cierto que la globalización ha creado una crisis de identidad que se hace palpable en ciertas regiones sensibles, pero ¿por qué tenemos que pagar el resto sus problemas de identidad?

Sería más práctico que buscasen ayuda terapéutica, un psicoanalista les hiciese ver el origen de su continuos fracasos, fue Freud precisamente quien identificó el sadismo y el masoquismo como las principales perversiones sexuales. Con la marca Barcelona por los suelos, después de ser descartada en la primera votación como futura sede de la Agencia Europea del Medicamento, es para hacérselo mirar.

Y es que Jordi Pujol, Artur Mas y Puigdemont han seguido casi punto por punto el ideario que llevó al poder al partido nazi, fascistas excluyentes disfrazados de demócratas, acatando al principio las leyes y participando en las elecciones para dinamitar las instituciones, aprovechando el descontento popular provocado por la crisis económica, y adoctrinando a las masas con la propaganda y las subvenciones, incluso a los más jóvenes, consiguieron engañar a todo un pueblo y eliminar a los disidentes. Sin embargo, los nazis lograron al menos mejorar las condiciones económicas y reducir el paro para contentar a los ciudadanos, ese punto es el que Puigdemont ha pasado alto.

Los nacionalistas se creen mejores que los demás, realmente se merecen una Cataluña independiente y aislada para que supieran lo que es vivir en el país más pobre y miserable de Europa, recordemos como terminó la locura del nacionalismo alemán durante el Tercer Reich, debido en gran parte a que las demás potencias no fueron capaces pararles los pies a tiempo: siguieron creyendo en la victoria final de un sueño imposible que se trasformó en pesadilla.

Esperamos que la historia no se vuelva a repetir en nuestro territorio. Todo depende del resultado de las próximas elecciones, el destino está en manos de los catalanes cincuenta y cinco días después de la intervención de la autonomía.