Sólo hace unos meses que he acabado mi carrera; aunque, cuando estaba cursándola, en ningún momento, me faltó trabajo. La verdad es que no eran los trabajos de mi vida, ni con los que poder mantenerse ni a uno mismo, ni a una familia, pero con eso podía ir pagando mis gastos del día a día.

¿De qué se trabaja más en España?

Se preguntarán de que he trabajado, y la verdad es que son trabajos comunes, los más populares en España: dependienta y encargada. En definitiva, de cara al público, vendiendo un producto. Pero, claro esta, un producto no se vende solo por estar en una tienda, ni tampoco por ir bien "mona", un producto se vende porque tiene una buena capacidad (unas cualidades positivas y únicas que lo hacen especial y duradero).

Bueno, referente a duradero. No sé que decir, porque hoy en día se busca la novedad y el cambio constante, y no la durabilidad.

Después de cuatro años estudiando y trabajando para poder pagar mis gastos diarios y para poder tener un porvenir mejor, he encontrado trabajos, sí; ¿pero que tipo de trabajos? Durante años la atención al cliente ha ido mejorando para poder entender más al cliente y para poder satisfacerlo, pero las condiciones del trabajador han ido recortándose, sin pensar que un trabajador feliz puede trabajar más satisfactoriamente. Los recortes han sido en muchos ámbitos: el sueldo, las condiciones en el trabajo, la seguridad en el trabajo, las ventajas a las empresas para despedir a las personas cuando les plazca (sin motivo alguno), la falta de profesionalidad: sólo importar una edad, un físico, pero nada más.

Así que, queda bien claro como se ha deteriorado el mundo laboral en la atención al cliente; aunque, aquí no acaba la historia.

Después de acabar la carrera, encontré trabajo en una fábrica, como operaria. Hacía muchos años que no me dedicaba a este sector; aunque, es una de las faenas más solicitadas en el ámbito español, a parte de la atención al cliente (turismo).

Empecé un lunes la formación, sin cobrar nada por esas cuatro horas que estuve allí escuchando. El martes empecé el trabajo, con unos horarios... Pero este tema lo vamos a dejar para otro artículo, porque los horarios dan mucho de que hablar. Empecé muy contenta, un poco dormida, pero contenta. Me enseñaron como funcionaba la línea y me pusieron tres días seguidos haciendo lo mismo.

Allí tenia una silla para sentarme, pero si me sentaba me reñían, así que, tenía que estar las ocho horas de pie haciendo los mismos gestos con las manos, y solo con quince minutos de descanso, y sin poder hablar con nadie.

¿A eso le llamamos trabajo?

Después de tres semanas me dijeron que no producía lo suficiente, que había gente que hacia más que yo, y en ningún momento valoraron mi situación personal. Por que, sí señores, cada persona tiene una vida propia, y esa vida puede ser positiva, negativa, puede estar pasando un bache, puede estar en una subida constante, puedes tener problemas personales, de salud,... ¡Basta! Basta de decir que sí a todo, basta de que se aprovechen de pobre gente que lo único que quiere es sobrevivir dentro de una cultura que ya no es igualitaria, sino una cultura con muchas desigualdades sociales.

Desigualdades creadas por los que nos gobiernan, por ellos estamos aquí, así, sin trabajo, o con un trabajo denigrante, sin sus descansos pertinentes, sin valorar que somos personas y no robots, sin importarles nuestra situación personal, sin rencor ni lástima si nos echan (porque encima les dan ayudas para el despido improcedente),... Vivimos de nuestra propia explotación y no del trabajo "que nos ofrecen" las empresas.

Así que, damas y caballeros, creo oportuno dejar clara una postura: no somos robots, somos humanos. Trabajamos para vivir, no tendríamos que vivir para trabajar, tendríamos que tener unos derechos completos, unos derechos que nos amparen, una igualdad tanto para el empresario como para el trabajador.

Aún, les voy a contar una última experiencia para finalizar con esta obra de arte, si se le puede llamar así. Después de que me echaran de la fábrica, encontré otra. Parecía que el mundo no se acababa, pero no sé que decirles.

Entonces, ¿trabajamos o somos explotados?

En esta, otros quince minutos para desayunar, ocho horas sin moverse del mismo sitio, solo pensando en producción, producción, y sino te amenazan con que te irás a la calle. Después de esto, te llaman cuando les interesa, un día si, otro no (por falta de faena en la empresa), ¿como se puede entender esto? ¿Y a nosotros quien nos va a entender?