El 12 de noviembre se cumplirán 6 años de las palabras que el papa Benedicto XVI pronunció sobre una temática que hoy en día está en pleno auge, los "bebés medicamento".

"Hay dimensiones de la existencia humana que están más allá de los límites que las ciencias naturales son capaces de determinar. Si se superan estos límites, se corre el grave riesgo de que la dignidad única y la inviolabilidad de la vida humana puedan subordinarse a consideraciones meramente utilitaristas".

No cabe duda que es injusto crear falsas esperanzas y animar a unos padres desesperados a hacer todo lo que puedan para salvar a su hijo gravemente enfermo por afecciones sanguíneas que por desgracia están muy de moda.

Contamos con una medicina actual y luchadora que es un verdadero arte. Además, busca sin cesar que los enfermos superen la enfermedad que padecen, pero ¿está la sociedad preparada para asumir todo lo que esta medicina supone?

Volviendo la vista atrás

En 1978 nació el primer "bebé probeta" y con él las técnicas de reproducción asistida que se consideran un sucedáneo de la medicina. ¿Es posible que la medicina renunciase a curar la esterilidad? Y ¿ahora se trate de un arte técnico y no médico? En esta situación, el objetivo de la medicina no es curar, pero si fecundar los gametos y colocarlos en el receptor. Además, lo que iba a ser solo una solución extrema mientras se curaba la esterilidad se ha convertido en un buen negocio, ¿no opinas igual?

¿es posible pensar que el "bebé a la carta" se convierte en el "bebé adulterino"? Como puedes observar, la medicina no tiene obligación de curar en este caso.

Con el paso de los años nació otra bomba, la revolución de las células madre capaces de curar una gran cantidad de enfermedades y ahora nos encontramos con la polémica del embrión medicamento compatible con el hermano que se encuentra enfermo.

No es ético ni moral inducir a unos padres desesperados que ven como su hijo lucha contra leucemias, linfomas o incluso anemias a hacer todo lo que puedan. Es más que probable que estos padres desconozcan los pros y contras de la solución que se les está ofreciendo. Por este motivo, es necesario que se conozca cómo se selecciona este embrión para que se convierta en donante de células madre de su hermano enfermo.

Finalmente, solo queda plantear una pregunta: ¿eres consciente de los gametos que hay que desechar para lograr uno libre de una enfermedad genética e inmunológicamente compatible con su hermano?