¿Qué son los derechos humanos?

Los derechos humanos no son obligaciones de los ciudadanos, son la reserva, la protección ante las injusticias, ante la maldad de este loco mundo, y son Universales. Porque, hoy día, no siempre ha sido así -debido a la existencia de la esclavitud-, todos somos considerados seres humanos y tenemos unos derechos, que se supone deben respetarse a nivel mundial, según acuerdo de las naciones del mundo, no todas.

Si el mundo fuera verdaderamente justo no se necesitaría salvaguardar los derechos de todo hombre, mujer, niño que existe en este planeta.

Pero todo esto conlleva una historia detrás. Te preguntarás: ¿Por qué son derechos humanos universales y por qué deben protegerse?

¿Por qué debemos luchar por ellos y protegerlos?

Aunque a algunos jóvenes y personas no letradas les cueste creerlo, tuvo que escribirse un documento y acordarse entre muchos para que pudiéramos tener nuestra actual Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este reconocimiento a la Humanidad en toda su libertad, respeto, tolerancia, no siempre ha existido. Aún, por desgracia, hoy día se vulnera todos los días en todas las partes del planeta. Un planeta de 7000 millones de personas, donde conviven todo tipo de condiciones y culturas: ricos, pobres, delincuentes, mafias, clases sociales de diferentes niveles, personas de toda índole moral, personas solidarias, organismos de diverso tipo, nacional e internacional, encargados de la seguridad de la mayoría, por el bienestar común, en teoría.

Su origen e Historia

¿Qué sucedió para que unos hombres tuvieran que ponerse de acuerdo para que esta Declaración, supuestamente a respetar en todo el planeta, fuera elaborada?

Los antecedentes se hallan en las revoluciones industriales y en el sistema del Antiguo Régimen. Tuvo que pasarse por una Revolución Francesa en 1789 y las revoluciones liberales, para que el ser humano durante el siglo XIX consiguiera ciertos avances en sus derechos y sus condiciones de vida, para que hubiera más libertad e igualdad y más prosperidad para todos, consiguiéndose el sufragio universal masculino primero, y luego el femenino.

Pero, creemos que el mayor desencadenante fue lo que sucedió a principios del siglo XX.

Como siempre, el ser humano en sus intentos de someter y destruir a sus semejantes: por intereses económicos, envidias, y, sobre todo, poder, enfrentó a todo el planeta a una catástrofe de consecuencias gravemente dramáticas, que hoy día podrían llegar a repetirse y que en parte, según algunos pensamos, ya se está produciendo.

Las guerras, ese mal endémico, desde que el hombre se organizó socialmente, es decir, los enfrentamientos entre grupos diferentes por los mejores territorios y recursos y los líderes nocivos y tiránicos en tiempos de crisis llevaron tras una Primera Guerra Mundial, a la devastadora y trágica Segunda Guerra Mundial. Millones y millones de personas perecieron en todo el orbe terrestre, entre ellos, por el famoso exterminio nazi que eliminaba a la gente por su origen, raza, orientación, discapacidad, etc., sin distinguir entre niños y adultos o nonatos. Es decir, se vulneraron totalmente todos los derechos humanos que hoy conocemos y poseemos en el mundo occidental en nuestras Cartas Magnas (en EE.UU.

tras la Revolución americana en 1776, aunque la segregación racial no acabaría hasta después de los años 60 aproximadamente) o en las Constituciones, como derechos fundamentales.

Contrariamente a lo que se pudiera pensar, el mundo ha seguido sumido en guerras, y, las injusticias y la criminalidad son males endémicos de nuestras sociedades, tan desiguales hoy por hoy. Y muchos huyen de ellas buscando su salvación en tierras más seguras. Por eso, vemos los movimientos migratorios desesperados en todo el planeta.

La ONU y su decisión

Como consecuencia, tras la Segunda Guerra Mundial se crearon organismos internacionales como la Sociedad de las Naciones Unidas y la OTAN, entre otras, en el bloque occidental.

Aún el mundo sigue dividido entre las dos facciones, el Este y el Oeste, tras una larga Guerra Fría, que casi nos sume en un Holocausto nuclear. Era obvio que la necesidad fue la que derivó en este famoso documento que hoy tratamos aquí, y que los gobiernos siguen vulnerando a diario, los delincuentes, etc. La eterna lucha del ser humano entre el Bien y el Mal, que, tanto vemos reflejada en libros y películas de todo tipo, es una realidad en la humanidad. Así funciona el mundo.

Pero, ¿en qué consiste la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Se la conoce como la Resolución 217 A (III), fechada el 10 de diciembre de 1948 en París. En ésta se recogen en sus 30 artículos los derechos humanos considerados básicos, a partir de la carta de San Francisco (26 de junio de 1945) Así se la reconoce legalmente.

Un acuerdo tácito firmado por las Naciones Unidas, cuya labor humanitaria en los sitios de guerra, aún es necesaria lamentablemente.

En numerosas convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales de derechos humanos se han reiterado los principios básicos de derechos humanos enunciados por primera vez en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como su universalidad, interdependencia e indivisibilidad, la igualdad y la no discriminación.

¿Qué nos espera en el futuro? Conclusiones

A veces me pregunto si es la naturaleza humana la que necesita un cambio. Sinceramente, creo que sí, nuestro mundo mejoró durante un tiempo en un estado del bienestar, pero la crisis sistémica y de valores es tan grande que si fuéramos menos egoístas e individualistas, más tolerantes y respetuosos, el mundo vivirá más en paz.

Esos derechos son básicos e imprescindibles para todo ser humano y para tener una vida digna.

Ahora nos enfrentamos a una posible Tercera Guerra Mundial y el mundo necesita más que nunca estos derechos, que deben cumplir como obligaciones hacia los otros, tanto los gobiernos, organismos y las personas o ciudadanos. Porque, como solemos decir: “tu libertad termina donde comienza la mía”.