Un mal amanecer

Sobre las seis de la mañana del día 5 de septiembre de 1986, un Boeing 747 proveniente de Bombay, India y con destino a Nueva York fue secuestrado marcando ese día con tintes funestos. A bordo y formando parte de la tripulación se encontraba Neerja Bhanot, una joven sobrecargo de origen hindú que dio lugar a una película centrada en su persona. ¿Pero qué hizo de especial que hasta le han dedicado una película? ¿Es que el resto de la tripulación no hizo nada ante los secuestradores?

El sentido de la responsabilidad y un gran corazón dictaron sus movimientos

Si Neerja no hubiera sido tan astuta seguramente el final de aquel dramático suceso hubiera sido aun peor. Pero quiso el destino que fuese ella quien se quedara a cargo del vuelo, después de que avisó al piloto, el copiloto y el ingeniero antes de que fueran obligados a poner en marcha el avión con quién sabe que terrorífica intención. Huida pues la tripulación de la cabina de mando, ella se quedó como máxima responsable del avión, de los pasajeros y de la complicada situación con la que amaneció aquel día, que si llega a saber la pobre lo que se le venía encima, ese día no se levanta de la cama para ir a trabajar.

Muchas horas de angustia

Como en todo secuestro que se precie, los asaltantes, cuatro terroristas palestinos disfrazados de seguridad aeroportuaria, suben al avión, aterrorizan a punta de pistola a tripulación y pasajeros y empiezan a exigir. Lo primero era averiguar entre los pasajeros a los de origen norteamericano, siendo ellos el principal objetivo (además de volar hasta Israel donde pretendían liberar a algunos compañeros que había allí encarcelados).

En esto Neerja tuvo vista y después de ser obligada a recoger todos los pasaportes de los pasajeros, hizo desaparecer aquellos que identificaban a sus dueños como norteamericanos, elección que evitó algunas muertes más.

Un final trágico que podría haber sido mucho peor.

Y casi después de diecisiete horas de calvario, en las que las negociaciones eran un tira y afloja que empezó a impacientar y mucho a los terroristas, comenzaron a disparar cada quince minutos a todo el que les dio la gana.

¿Pero qué ocurrió realmente para que las cinematográficas se fijaran en ella para hacer una película? Principalmente que dio la voz de alarma e hizo que los tripulantes de la cabina pudieran abandonarla, si se hubieran quedado en sus puestos podrían haber muerto, pero también haber sido obligados a volar y estrellarse contra lo que fuera y la situación de las Torres Gemelas se hubiera adelantado casi veinte años.

Tras mucho miedo, muchos disparos, muchos artefactos que los terroristas hicieron estallar, un apagón dentro del avión que dejó a todo el mundo en la máxima oscuridad y muchas muertes (más de 20 entre 359 pasajeros y un centenar de heridos) la operación parecía llegar a su fin, era el apocalipsis para ellos.

Todo el que pudo huyó aprovechando la oscuridad, pero Neerja, que también lo logró volvió a entrar para averiguar si quedaba alguien o todo el mundo estaba a salvo.

Esa fue la peor decisión que tomó y la que la convirtió en la heroína por excelencia, porque sin restar importancia al resto de sus compañeros, su entrega fue total, la preocupación por los demás prioridad a sí misma, con la consecuencia de que dio la vida por defender a quien de nada conocía, pero de quienes se sentía totalmente responsable. Una heroína de altos vuelos, de gran corazón y valiente mirada al mundo.