El Círculo Mágico es utilizado por muchas corrientes mágicas para crear una especie de área de protección, dentro de la cual el mago o brujo puede protegerse de energías y planos con los que trabajan o, también podríamos parafrasear a Scott Cunningham donde se define al círculo mágico o “esfera” como un templo bien definido pero no se encuentra en plano físico.

El Círculo está consagrado por las fuerzas yacentes en los cuatro elementos y por medio de un ritual se invocan gracias al poder de una entidad superior. La energía propia del brujo es la amalgama que permite la formación y el establecimiento del círculo durante el ritual.

El círculo mágico de igual manera permite generar un espacio energético donde concentrar nuestras energías.

No existe una regla inquebrantable a la hora de crear un círculo, existen muchas maneras de realizarlo (algunas mas laboriosas que otras), pero en líneas generales un círculo siempre busca lograr una separación entre mundos y/o planos. Un círculo se puede trazar con un athame, con tiza, cristales o piedras, con fuego (aunque puede durar poco y ser peligroso), con sal o incluso con sangre. Recordemos que estamos intentado crear un espacio que sea sagrado y que permita el adecuado uso de nuestras energías y que a su vez, es un espacio de contención.

También debemos tener en cuenta y ser meticulosos al respecto acerca de las herramientas que vamos a usar en el ritual, no podemos estar entrando y saliendo del círculo, no solo genera caos sino que se convierte en un portal inestable y compromete el mismo propósito del hechizo.

Antes de empezar.

Es importante para todo mago(a) o brujo(a) limpiar el sitio donde se va a trabajar, ya sea con agua, con sal u otro elemento. Nunca esta demás (al contrario es recomendable) purificar el espacio donde vamos a realizar el ritual.

Como este artículos tiene una concepción más ecléctica no diré que se debe consagrar al dios o la diosa, o a alguna deidad en particular, creo que este elemento es y debería ser elección del que realiza el ritual.

Invocación a las fuerzas elementales.

Lo que sí es necesario es invocar a los elementos (guardianes elementales, guías, deidades elementales, etc.) para que nos guíen y protejan. Estos elementos son identificados con puntos cardinales que a la hora de crear el círculo tomarán un espacio específico dentro de nuestro círculo mágico.

Un ejemplo podría ser:

  • Convocamos a los maestros guardianes del aire (referenciando al este), para proteger y bendecir este círculo, concédanos sus poderes y sean bienvenidos.
  • Convocamos a los maestros guardianes del fuego (referenciando al sur), para proteger y bendecir este círculo, concédanos sus poderes y sean bienvenidos.
  • Convocamos a los maestros guardianes del oeste (referenciando al agua), para proteger y bendecir este círculo, concédanos sus poderes y sean bienvenidos.
  • Convocamos a los maestros guardianes del norte (referenciando a la tierra), para proteger y bendecir este círculo, concédanos sus poderes y sean bienvenidos.

Junto a la invocación es posible y muchas veces recomendable representar a cada uno de los elementos:

  • Aire – Este – Incienso (el incienso puede representar el aire y el fuego).
  • Fuego – Sur – Incienso.
  • Agua – Oeste – Copa llena de Agua.
  • Tierra – Norte – Sal* o puñado de Tierra.

Nota personal: La sal es identificada muchas veces como una representación del elemento tierra, aunque en mi humilde opinión, no puedo dejar de identificarla con el mar… el agua.

¿Quizás porque mi elemento sea el agua? De todas formas, es una postura personal. Me gusta pensar que la sal funciona como el incienso y podría servir tanto para la tierra como para el agua.

Si nos gusta la utilización de los colores en nuestros rituales, se pueden prender velas con colores diferentes para cada punto cardinal siendo los correctos: Amarillo (este), rojo (sur), azul (oeste), verde (norte). Es por supuesto un tema de elección.

Trazado del círculo

En este particular no pienso extenderme pues considero que antes que nada, esto no debería estar tan definido como se suele vender. Mi posición personal es que las invocaciones deberían fluir en el momento con respecto a nuestra intencionalidad otros en cambio prefieren realizar cánticos a deidades como el dios o la diosa.

De igual manera, creo que es lógico comprender que un círculo mágico es completamente diferente cuando se abre con un athame a cuando se hace con sal o sangre.

El paganismo debería comprender que muchas veces a la apertura y concientización del mundo ante una sociedad más preocupada por la naturaleza y el desarrollo interno no significa que nuestra postura sea la correcta ya que, pareciera mentira, existen muchos recelos entre los paganos de diferentes corrientes.

Aspectos finales.

Círculo que se abre, se debe cerrar. Ésto siempre debe ser una máxima, no se puede dejar un portal energético abierto… Más aún cuando se trabajan con planos.

Como todo aspecto de la magia, estos son guías, no reglas marcadas, salvo algunas lógicas, por ésto debemos ser especialmente sensibles a nuestra evolución como magos o brujas y ser conscientes de nuestras capacidades y deseos.

¿Qué queremos lograr? Evidentemente nuestra magia partirá de nosotros mismos y nuestros designios.

Todo lo demás, puede ser adaptado a nuestra intencionalidad y objetivos. No hay dos brujos iguales, ¿Por qué los rituales y círculos deberían serlo?