Por suerte o por desgracia la televisión es uno de los medios de comunicación más consumidos hoy día. Esto hace que sus contenidos, y sobre todo en los más jóvenes, influyan de forma notoria en su vida cotidiana.

Las emisiones diarias de programas culturales son escasas o en su mayoría solo las ofrecen en canales privados o de pago. Por el contrario, la llamada «telebasura» campa a sus anchas en la parrilla diaria de algunos canales. Telecinco y Cuatro pecan de esta práctica muy a menudo. Si nos centramos en la programación diaria del primero nos damos cuenta de que el día, casi en su totalidad, está cubierto de contenido que no aporta nada al espectador.

Algunos de sus programas han sido denunciados por hacer apología a la ignorancia, caso de Mujeres y Hombres y Viceversa. Llegando a los extremos hemos podido ver como el programa antes mencionado incendio las redes sociales el mismo día que tuvo lugar la tragedia de la compañía Germanwings.

El 24 de Marzo de 2015 los seguidores de Mujeres y Hombres y Viceversa, mediante las redes sociales, pidieron al canal responsabilidad por retrasar la emisión de este, alegando que no les importaba lo más mínimo lo que había pasado con el accidente aéreo. Lo más penoso es que casi todas las personas que se quejaban eran adolescentes o preadolescentes, la que supuestamente será la siguiente generación del país.Por otro lado, el pasado 12 de julio de 2016 un psicópata de 29 años abrió fuego en una discoteca popular entre la población homosexual de Orlando (EEUU).

La desgracia quiso que murieran 50 personas e hirieran a otra media docena. Está claro que esto es un horrible crimen y el culpable no es más que escoria. El problema viene a la hora de leer hashtag como: #matargaysnoesdelito en nuestro país. Lo malo es que la mayoría de los que utilizaros esas horribles palabras era prácticamente el mismo público que se quejaba del retraso del programa de Mujeres y Hombres y Viceversa anteriormente.

A edades en las que nuestra personalidad se está empezando a forjar solemos marcarnos como referente personajes que admiramos. Imaginemos que una de esas personas que tomamos como ejemplo dice que no ha leído un libro en su vida y se jacta de ello, o que no sabe que la tierra gira alrededor del sol. Es muy triste darse cuenta de que la audiencia juvenil de nuestro país sigue, mayoritariamente, programas como: Gran Hermano, Mujeres y Hombres y Viceversa, Sálvame, Gipsy Kings o Cámbiame; contenidos que escasean de cultura en su emisión.

Pensemos en un momento en el futuro de la generación que está creando la «telebasura», la generación que se preocupa más de su aspecto que de su educación, la generación en la que prima el yo y yo mismo; en definitiva, la generación «Mediaset».