No es demasiado difícil encontrar a una persona que padezca síntomas de los que describimos más adelante. ¿Por qué? Porque convivimos siempre y cada segundo entre miles de espíritus o fantasmas como cada uno los quiera llamar. Pero aunque estemos conviviendo día a día con ellos la mayoría no dan señales de existencia. Los que si lo hacen suele ser por un motivo concreto, quieren dar un mensaje, pedir ayuda o simplemente un ente burlón que disfruta haciendo pasar miedo a los humanos. Lo más importante es que jamás seamos atacados por ellos, ni suframos poltergeist porque entonces el tema ya sería más serio y se debería llamar a alguien entendido en el tema.

Estos son algunos de los signos más frecuentes en casas donde habita algún espíritu.

Electrodomésticos que se encienden y se apagan sin que nadie los haya tocado ni estén programados para hacerlo. Luces que se encienden o bien se apagan sin que nadie le dé al interruptor. También se puede descartar llamado a un electricista y ver si hay algún fallo o está todo correcto.

Objetos de nuestra casa que desaparecen y nunca más sabemos de ellos, o vuelven a aparecer en otro lugar que no lo hemos dejado nosotros u otro habitante de la casa en ese lugar.

Bolsas de aire caliente o frio. Este es un síntoma bastante frecuente en lo paranormal, como si hubiera justo en un lugar como una masa o bola de aire frio o caliente sin razón alguna.

Pasos, crujidos, golpes y sonidos extraños. Es uno de los primeros síntomas paranormales que aparecen.

Siluetas o sombras que se ven a través del rabillo del ojo, que no tiene explicación.

Las mascotas tienen un “sexto sentido” que los humanos no tenemos. Cuando tienen un comportamiento extraño, como ladrar a una pared de la casa donde no hay nada, perseguir con la mirada algo que no hay, estos son algunos de los ejemplos.

Susurros, lamentos o lloriqueos que no vienen de nadie, a veces cuando estas casi dormido te susurran al oído tu nombre, este es un ejemplo.

Cosas que se mueven solas en casa o puertas que se abren o cierran y están las ventanas cerradas y no hay nada que le dé una explicación. Una puerta que se abre o cierra sola. Juguetes de los niños que se encienden solos, o incluso a veces también se oyen ruidos como si estuvieran moviendo los muebles.

Tener muy a menudo sueños y pesadillas y siempre salga alguien a quien no conocemos. La sensación de que alguien nos ha tocado o sentirse como si hubiera alguien más con nosotros.

Mi consejo es no perder los nervios y mucho menos demostrarle miedo o jugar con el y responderle.