Unos la celebran con pasión, otros “pasan” de ella, otros la consideran injustificada… La festividad nacional española del 12 de octubre, día en que Cristóbal Colón, en 1492, descubrió América, no ha tenido esa unanimidad que vemos en otros países.

La razón es que sobre todo la dictadura franquista utilizó la fecha en su propio beneficio, sin hacer jamás autocrítica de lo que España aportó a Latinoamérica o cómo gobernó allí durante la época colonial. Es más, la calificó con una palabra que hoy en día suena racista: “Día de la Raza”. ¿Qué raza? Quizá por que entonces, aún no se había reconocido el mal trato a los judíos españoles siglos atrás, entre otras cosas.

Luego, en los países latinoamericanos de habla española tienen su propia visión de cómo fue la época colonial, nada que ver con la visión triunfalista que sobre todo la derecha española tiene de ello, o como decía el escritor Fernando Vizcaíno Casas: “Deberíamos sentirnos orgullosos de haber descubierto América. Les hemos dado una cultura y una religión”. Hombre, cultura y religión ya tenían aquellos países antes.

España aún tiene que corregir muchos defectos de actuación que jamás ha sabido reconocer. Si Francia ha reconocido su actuación durante el Régimen de Vichy y el trato a los judíos franceses, o Alemania con su nefasto Tercer Reich, aquí se sigue sin reconocer los estragos de la Inquisición, por ejemplo (que fue un perfecto pretexto para Napoleón en 1808, igual que lo fue para Bush en 2003 la dictadura de Sadam Hussein, para erigirse en salvador de la Humanidad).

Los defensores de la Fiesta de la Hispanidadla describen sólo de manera superficial, tópica, como si fueran personajes de una película con John Wayne. Lo de la conquista por que sí, incluso con el pretexto de modernizar un país atrasado, sólo sirve en casos extremos. Además, hoy en día, la conquista ya no se hace con las armas, sino con medios de comunicación a los que la gente se engancha voluntariamente, como Internet.

Por eso, hoy se pelean en Twitter los hashtags #nadaquecelebrar, #YoAmoMiBandera y otros parecidos. Quizá por que otros países han sabido, como he dicho antes, corregir sus errores. En Francia sólo la extrema derecha rechaza el 14 de julio por que para ellos la Revolución de 1789 no tuvo ningún efecto beneficioso. El resto del país sabe que así empezó la Francia contemporánea, más igualitaria y sin aquella diferencia de clases tan apabullante entre Aristocracia y pueblo llano.

O en EE.UU. nadie rechaza el 4 de julio, viendo que al país le ha ido perfectamente sin ser una colonia británica, y al tener cada vez más Estados, hasta los 50 actuales, su poder fue creciendo.

Y eso sin hablar de los errores que España tiene todavía que corregir internamente, como su trato a las nacionalidades históricas como Catalunya, que celebra su Diada Nacional el 11 de septiembre con orgullo, sabiendo que celebra que cayó con honor defendiendo una manera de ver el mundo. Algo que España califica de mito o de falso y desprecia con prepotencia, igual que califica lo que se hizo en Latinoamérica.Por ello, no podemos extrañarnos de que los países de allí se independizaran hace dos siglos.

La Democracia trajo una manera de gobernar diferente, laica y actual, pero que desde hace unos años parece que vamos hacia atrás, izquierda incluida. Que se lo pregunten a Fernando Trueba, atacado despiadadamente como hace una década hicieron con el añorado Pepe Rubianes: por que no les convence nada la España que se nos vende.