Hay leyes que restringen la burla y el ensañamiento poraquellos que destruyeron la confianza al respeto y la Libertad desde épocas muyanteriores. En algunos países seentiende como libertad de expresión y en otros se persigue el sacrilegio oblasfemia.

En España, el artículo 525 del Código Penal la llama escarnio, sinembargo todo es más o menos lo mismo, algunas más estrictas que otras, con elfin de apaciguar la tensión que se hace ya permanente entre la política y laReligión, porque la diferencia entre broma y burla es que la segunda se componede bromas reiterativas e hirientes por lo que pierde el sentido del humor.

La libertad de expresión debe ceñirse a ella así como lohacemos la mayoría de los ciudadanos con nuestra propia libertad que terminadonde empieza la de los demás.  Sino seria libertinaje, aquellapalabra que suena mal y que en algunos casos se toma a la ligera por no hacercaso a nuestros propios límites sin temor a ninguna represalia ni remordimiento.

No soy Charlie Hebdo. Cada quien esalguien diferente, cada uno con sus propios ideales políticos sociales yreligiosos, libres de nuestro propio pensamiento, creencia y cultura, fuera ydentro de un mismo país, incluso de una misma familia hay pensamientos yactitudes diferentes pero TODOS debemos confluir por el bien común social. Paraello se trazó esa línea del respeto y la educación social a la que nosajustamos en la medida razonable que nuestras posibilidades ideológicas, seande las corrientes que sean, nos lo permite.

El caso es que hay y habrá siempre alguien que conviertaesta libertad en libertinaje e intente y logre atravesar esa línea que ellosconsideran tan sólo imaginaria y vulnerable; por lo que en nuestras manos estáel saber controlar ese enfrentamiento empezando desde el sentido común y laeducación y terminando con leyes, medidas políticas y justicia.

Porque de loque hablamos en general son de personas con las que convivimos el día a día,como el que tenemos al lado en nuestro trabajo, en nuestra clase, en nuestrogimnasio o en nuestra propia casa. Y si faltamos el respeto a quien no nosrespeta a parte de rebajarnos a cometer las mismas faltas, estaremosatravesando nuestra propia línea de libertad y la de esa persona destruyendonuestros propios valores.