Loving Vincent es un sublime homenaje al pintor holandés Van Gogh y una magnifica cinta de animación que ha tenido el sentido de una historia de suspense pintada al óleo, fotograma a fotograma. Una innovadora película que ha sido valedora de premios como el del Público de Annecy y la Mejor Película de Animación de los Premios del Cine Europeo.

Dirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman nos narra los últimos momentos de la vida del pintor, ambientada en aquellos lugares de su última etapa. Un espacio reconstruido por sus imágenes... estancias, personajes, calles, tabernas, campos, cielos, trigales...ríos y noches estrelladas.

La producción ha constado de 125 pintores, elegidos entre 5000, para finalmente quedar 500 elegidos que realizaron una prueba. Después, llevaron a cabo un curso de aprendizaje de 100 horas para pintar bajo el estilo de Van Gogh, mas un amplio curso de animación. La preparación de este macroproyecto que se ha dilatado en el tiempo –no podía ser de otra manera- ha dado como conclusión un excelso y metódico trabajo de animación, construido bajo un interesante guión. El trabajo, realizado con actores (bajo una cercana semblanza a los retratos de sus cuadros) sobre los que se han pintado los trazos gruesos y característicos de pintor holandés, ha alcanzado una dinámica animada de cuadro en cuadro, a través de la evolución de las escenas.

La historia replantea con análisis de investigación el suicidio del pintor, una muerte que aún en nuestros días deja demasiadas preguntas en el aire. No sabemos realmente que pasó. La película confeccionada desde el thriller, abre la puerta a un compendio de factores, demasiados, para replantearnos la manida historia de su suicidio, o si por el contrario el anonimato de su obra, no era tal, y la genialidad se palpaba.

¿Era simplemente cuestión de tiempo el que el autor colocara su obra? Uno de los directores de film señaló en una entrevista, que tras el trabajo de documentación realizado, sería preciso llevar a cabo una “investigación sobre la muerte de Van Gogh”.

El film expone con pinceladas precisas no solo el estilo del pintor, también con inteligente detalles la complejidad de su personalidad.

Un artista y hombre contradictorio que vivía en soledad, vagabundeando con sus útiles de pintura, pero siempre bajo una metódica ceremonia de trabajo diaria. Una personalidad que lindaba entre la rectitud, la dureza, con la bondad de trato hacia los demás y con cúspides de irascibilidad e ira – se expone en el film los conflictos con Gaugin o con el doctor Gauchet. La violencia, en la mayoría de los casos aplicada así mismo, convivía en su alma con una tremenda sensibilidad hacia el mundo... Esa enorme capacidad para ver la belleza en un mínimo detalle de vida.