Marta Rebón me llamó la atención hace años al ver su nombre impreso en un libro, coincidir sin lazos familiares en un apellido tan poco común me resultó curioso. Así, descubrí a esta prolífica traductora centrada especialmente en aUTORES rusos. Gracias a ella podemos leer en castellano autores como Grossman, Gógol, Aksiónov, Tolstoi o Dostoievski. Ahora publica en la editorial Caballo de Troya su primer libro de autoría propia “La ciudad Líquida”.

La Ciudad Líquida una autobiografía literaria

Dice Marta Rebón que nunca se planteó ser traductora, sin embargo, tras más de una década traduciendo un libro tras otro, parece que su destino está marcado.

Recuerda a Serguéi Dovlátov cuando dice que “todos los Libros tienen forma de maleta”. Rebón es traductora y es viajera.

Por las páginas de su libro transcurren los autores de las obras que ha traducido, desde que Jorge Herralde le dio la primera oportunidad de trabajar para su editorial. Las ciudades en las que estos autores y también ella han vivido, la pasión de una profesión no elegida conscientemente pero amada. Hablamos de un libro que habla de libros, pero también de ciudades y a la vez es una autobiografía de su autora, cuya voz suave y pausada nos acompaña a lo largo de la lectura.

Rebón mantiene que esta obra le ha servido para poner en orden elementos que parecían dispares, y en el fondo no lo son, y es que, sin adentrarse mucho en su intimidad, acaba ofreciéndonos una imagen muy cercana de sí misma, una crónica literaria y una guía de lecturas. No se puede pedir más.

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