Si bien podemos entender que al ser un matriarcado el poder político y económico residen en manos de Mujeres, la realidad es bien distinta.Esta es una sociedad antigua de origen naturalista, desarrollada a partir de un sistema tribal, los Minangkabau se organizan en un sistema de tribus que perduran actualmente.

Pero ¿qué significa matriarcal? En la sociedad Minangkabau, herencia y propiedades quedan en manos de las mujeres. Además, al contraerse matrimonio, el hombre pasa a pertenecer a la tribu de la esposa. En pueblos de montaña del oeste de Sumatra, al entrar en cualquiera de las casas tradicionales, encontramos retratos de las matriarcas de la familia, en ningún caso de los hombres.

La mujer es libre de seguir su carrera profesional, pedir el divorcio si así lo desea y contraer matrimonio de nuevo. Si una mujer pide el divorcio, propiedades e hijos quedan a su cargo. El hombre en algunos casos es repudiado por su propia familia y por ello podemos encontrarlos bajo el hospicio de las mezquitas locales.

La entrada del Islam

En el siglo XVI, los Minangkabau iniciaron relaciones comerciales con el imperio Persa, lo que poco a poco se convirtió en una invasión económica y cultural, por lo que el islam arraigó en la sociedad y empezó a mezclarse con la antigua cultura Minang. Hoy en día, Indonesia es el país con más musulmanes del mundo por densidad de población, alrededor de 203 millones de personas (lo que supone más del 80% de la población de Indonesia).

La cultura Minang ha sobrevivido no sin cambios y se ha adaptado al Islam. Antropólogos afirman que el Islam no ha impuesto una influencia determinante en la cultura y mantienen que la relación hombre-mujer entre los Minangkabau es equitativa. Pero la realidad es que en cuanto a los derechos de las mujeres se refiere, ha supuesto un gran impacto.

Al observar las figuras en las que se establece el poder, nos percatamos de que este no reside en manos de mujeres. Todas las tribus en esta sociedad están bajo el poder de tres hombres líderes, que controlan los aspectos culturales y de comportamiento, la religión y la economía y propiedades. Un cuarto líder por debajo de los tres anteriores es quien supervisa a las mujeres.

Una curiosidad importante es que, tanto en ciudades como pueblos, no hallaremos personas sin techo. La tribu se hace cargo de los ciudadanos sin ingresos o familiares, asegurando que cada persona tenga acceso a todos los recursos básicos.

Si observamos la vida cotidiana en la ciudad, las mujeres deben vivir bajo unas normas sociales muy estrictas. En cada barrio hay un jefe de sección encargado de poner las reglas de convivencia, entre estas encontramos que las mujeres no pueden fumar en público, no deben volver a casa tras anochecer, y no pueden pasar más de cuatro días fuera de la residencia familiar, entre otras. Es este líder quien además otorga el permiso a sus convecinos para poder tramitar pasaportes o documentos de identidad.

En caso de no obedecer las normas impuestas por la comunidad o no aceptar la religión y tradición familiar, se corre el riesgo de ser repudiado por toda la comunidad.

La reminiscencia del poder de la mujer

A pesar de los cambios surgidos a raíz de la influencia islámica, observamos que las mujeres mantienen la independencia tradicional en casos puntuales; en cuanto a su carrera profesional (muchas son propietarias de negocios), toda mujer puede decidir libremente el uso o no del hijab o velo y actualmente tienen la misma libertad que los hombres para proseguir con sus estudios universitarios. Además mantienen los derechos sobre herencia y la libertad de pedir el divorcio. Pero este poder matriarcal sólo se conserva en el ámbito familiar, son las cabezas de familia.

En cuanto al poder en la sociedad son los hombres quienes lideran.

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