La readaptación española de la taquillera película de comedia italiana ‘Perfetti sconosciuti’ de Paolo Genovese llega a las salas de Cine de la mano del director Álex de la Iglesia.

Perfectos Desconocidos’ gira en torno a la pérdida de la intimidad que acarrea habernos mimetizado con los teléfonos móviles. Una película coral que cuenta con un reparto de excepción en el que figuran actores de la talla de Belén Rueda, Juana Acosta, Pepón Nieto, Eduard Fernández, Eduardo Noriega, Dafne Fernández y Ernesto Alterio.

Hemos podido charlar un rato con su director, Álex de la Iglesia, para conocer de primera mano más detalles de la que promete ser todo un éxito en taquilla.

Blasting News. ¿Cómo ha sido trasladar la película italiana de Paolo Genovese? Al tratarse de un remake, ¿hay una presión añadida con el resultado final de la película?

Álex de la Iglesia. Fue Paolo Vasile el que me envió el guión y entonces me senté, lo leí y me morí de risa. Todo lo que ocurre en la italiana sucede en esta. Sin embargo, es curioso, que pese a eso, lo diferentes que son. La película es fundamentalmente el mismo guión que la versión italiana pero he adaptado junto al guionista Jorge Guerrica (‘El día de la bestia’ y ‘La Comunidad) los diálogos y las situaciones a los personajes.

BN. La película ha sido rodada íntegramente en un mismo espacio, una terraza de Leganés en Madrid.

¿Qué complicaciones te has encontrado a la hora de dirigir la película?

AI. Llegamos a estar rodando durante siete semanas en el mismo decorado con los mismos personajes. Fue un rodaje normal, con sus tensiones y sus agobios pero lo llevamos bien.

A mí me gusta mucho la acción. Mover la cámara, mover a los actores, que la película sea dinámica y claro, sentarlos a todos en la mesa complicaba mucho las cosas.

Al tratarse de una estructura más teatral, ha sido una complicación más intelectual que una secuencia de persecución en la Gran Vía.

Activé los mecanismos que normalmente están apagados en una cena aprovechando los movimientos de los personajes como, por ejemplo, ir al baño o a la cocina para cambiar de situación; y utilicé estas zonas como otros decorados que diferencian una acción de otra.

Hay una guerra de planos y contraplanos, de acción y reacción de los personajes, que me ha resultado muy satisfactoria en esta película.

BN. Lo que plantea la película es reunir a un grupo de toda la vida y dejar los móviles sobre la mesa para así compartir todo lo que aparezca en pantalla.

AI. Sí, esa es la premisa. Es un juego que tiene mucho de ruleta rusa, parece que la gente deja una pistola en vez de un móvil. Y es que hay que partir del hecho de que no somos una personalidad única y estable que se relaciona con diferentes personas siempre de la misma manera.

El tema es reconocer que no somos una única persona, que somos muchas, que no nos relacionamos igual con unos que con otros. Yo no soy la misma persona cuando hablo con mi madre que cuando estoy hablando con un grupo de amigos de la universidad.

De eso trata la peli. Y claro, cuando tu vas con la verdad por delante y enseñas todo, se pueden descubrir cosas que no quieres y se generan discursos contradictorios y, sobre todo, contradicciones.

BN. ¿Qué de cierto hay en los titulares que apuntan a que ‘Álex de la Iglesia critica las redes sociales en Perfectos Desconocidos’?

AI. Ya no somos libres y eso es un hecho. Somos parte de un mundo de información que hace que todo lo que digas sea interpretado de 1.000 maneras. Todos somos como reporteros de nuestra propia vida. En Navidad, por ejemplo, nos vamos a liar a sacarnos millones de fotos y compartirlas; y al colocar tus fotos y estás pidiendo la aprobación de todos tus amigos.

Yo creo que no debemos perder la intimidad, debemos guardar cosas para nosotros.

No hay que compartirlo todo, no es necesario. Y en la película venimos a decir que todo esto es fantástico pero, ¡cuidado, vamos a hacerlo con cariño!

BN. ‘El Bar’ y ‘Perfectos Desconocidos’, dos películas en un año. Un caso excepcional en el Cine español, ¿cómo te sientes?

AI. Yo no le daría mucha importancia porque es un hecho que no creo que se vuelva a repetir. He tenido muchísima suerte pero no responde a una realidad porque hay muchos directores que llevan años sin rodar. Es muy complicado dedicarse a esto de manera regular. Lo normal es que cuesten dos años levantar una película. Yo si pudiera rodaba más. Es mi trabajo, es lo que más me gusta. Me siento orgulloso de poder vivir de esto. Estaría todo el rato rodando.