Caroline Lucretia Herschel nació en Hannover, en el año 1750. Perteneció a una familia con gran tradición musical. Sus antepasados fueron músicos y sus hermanos también, ella sin embargo no recibió la educación oportuna porque su madre no quiso.

Pensaba la madre de Caroline que ella la única educación que tenía que recibir era la referente a saber llevar su casa y la familia, que para eso había nacido, o al menos así quiso disponer en la vida de su hija.

Siguiendo la misma senda de sus hermanos

La propuesta de su madre no pareció convencerla del todo y empeñada en estudiar música, siguió los pasos de su hermano William, que la dirigía literalmente y con quien descubrió que era una buena soprano.

Pero su dependencia de este era tanta, que cuando Williams cambió la música por la astronomía, ella siguió sus pasos y se adentró igualmente en el fascinante mundo de las estrellas.

Astrónoma por casualidad

Parecía que no tenía claro Caroline que era lo que más le gustaba hacer, o que aún no había encontrado su propósito en la vida, pero resultó que el propósito la encontró a ella.

Siempre a expensas de las órdenes de su hermano, Caroline se convirtió en su ayudante cuando este decidió construir un telescopio (en lo que ella participó activamente). Era ella su sombra, la que tomaba anotaciones sobre los astros según él la iba dirigiendo, hasta que llegó un momento en que no necesitó esas directrices.

Cobrar un salario, ¿una mujer y en esa época?

Llegó a fabricar Williams los mejores telescopios de la época, hasta llegar a tener un pequeño observatorio y acabar a servicio del mismísimo Jorge III, quien tuvo la consideración de pagarle a Caroline un salario como ayudante de su hermano.

Gesto muy de apreciar, pues teniendo en cuenta que la mujer (hasta hace poco) dependía totalmente de la tutela de los miembros varones de su familia, el recibir un salario la convertía independiente económicamente.

Este hecho aun fue más significativo, pues fue el pistoletazo de salida hacia su verdadera inclusión en el mundo de la ciencia.

Legado

Los hermanos Herschel descubrieron muchísimas estrellas dobles, demostrando a la vez que muchas de ellas eran sistemas binarios. Pero no todo fue trabajo en común, pues por ella misma descubrió ocho cometas y tres nebulosas, además se encargó de clasificar en catálogos todos sus trabajos.

Después de que su hermano murió (aunque ya llevaban un tiempo separados, pues él se casó) Caroline regresó a Hannover.

Reconocimientos

Se puede decir con total acierto que fue una privilegiada para la época que le tocó vivir, pues no solo su trabajo fue remunerado sino que fue considerada y homenajeada, llegando incluso a ser el primer miembro honorario femenino de la Royal Astronomical Society.

Fue también nombrada miembro de la Real Academia Irlandesa y hasta la medalla de oro de las Ciencias recibió de la manos del rey Federico Guillermo IV de Prusia.

Su trabajo sin embargo, fue realmente más valorado tras su muerte en 1848, a la edad de 97 años. Tampoco, Caroline Herschel, la primera astrónoma oficial reconocida, se quedó sin un cráter lunar que llevara su apellido, todo un simbolo de homenaje a toda una vida dedicada a la cienca.