Fernando Aramburu (San Sebastián, 1956) lo ha vuelto a lograr. Después de producir una de las novelas más vendidas de los últimos años, el autor vasco consigue en esta ocasión uno de los premios más codiciados en el mundo de la letras castellanas. El premio Nacional de Narrativa.

Después de un recorrido de hasta 20 ediciones, y de haber vendido más de medio millón de ejemplares, “Patria” se consolida como algo más que un éxito literario, también como la obra de un autor con voz propia que trata con inigualable calidad el desgarro de una sociedad a manos de ETA.

Una novela global en la que analiza y desgrana el conflicto vasco a través de una inmensidad de personajes. Un esfuerzo por dibujar una realidad tan rota y conflictiva que bien le ha merecido el aplauso de tantos.

El dominio de la temática

El nombre ETA ha marcado un antes y un después en la Historia de España. Dejando, a la vez, una profunda huella en las conciencias de muchos. Aramburu entra de lleno en una temática complicada, oscura y rica en la que ya anteriormente se había internado, a través de relatos. Sin embargo, en esta ocasión, procura hacer una radiografía de lo sucedido. Uno de los motivos por los que le fue concedido el premio fue, precisamente, por indagar con tanto talento en la profundidad psicológica de los personajes.

La confirmación de un éxito

Este premio, pese a su prestigio, no hace más que agrandar una evidencia: la de que “Patria” es la novela española más importante de los últimos años. Incluso la HBO ha declarado sus intenciones de hacer una serie al respecto, siendo la primera serie original de HBO España. Esto significa la consagración de este autor como uno de los más importantes del momento.

Las series, en la actualidad, están siendo uno de los medios de expresión más utilizados y concurridos, y elegir esta novela como un hilo conductor de una de ellas es confirmar la importancia social de ese texto.

Hace mucho que Aramburu vive en Hannover, una tranquila ciudad alemana de la que se enamoró hace más de veinte años.

Como nunca faltan las anécdotas, se sabe que paseaba a su perro Luna cuando le llegó la noticia de que iba a ser galardonado con el premio más mediático y conocido de las letras castellanas. Las ventas, la fama, el boca a boca y el prestigio no hacen sino aumentar con un premio tan merecido. Un galardón que, si bien Fernando Aramburu no esperaba, tampoco dudaba de que, tarde o temprano, llegaría.