Llamada en su versión original, Ce que nous lie (aquello que nos une), supone la nueva película del realizador francés Cédric Klapisch, conocido principalmente por la trilogía compuesta por: Una casa de locos, Las muñecas rusas y Nueva vida en Nueva York.

Una película ya vista anteriormente

Nos cuenta la historia de Jean, un joven que vuelve diez años después de haberse marchado a Australia a los viñedos que posee su familia debido a la muerte de su padre, para reencontrarse con sus hermanos Juliette y Jérémie. La historia apela a la nostalgia continuamente llegando a excederse en el almidón en muchas ocasiones.

Los principales problemas del film son que cuenta un relato que hemos visto en multitud de ocasiones y que nunca dejamos de tener un déjà vu a través de las situaciones que se viven a lo largo del metraje. Sin embargo el buen hacer del director, ambientando la acción en un paisaje idílico del que hace que el espectador sea partícipe y las buenas interpretaciones del trío de hermanos compuesto por los actores Pio Marmaï, Ana Girardot y François Civil hacen que ese vino que preparan sea un poco más fácil de digerir.

Ejercicio de irregularidad

Las tramas que transitan el largometraje son bastante tópicas y con un dramatismo forzado. Se podría decir que incluso la mayor parte de los personajes secundarios están tremendamente estereotipados y no contribuyen al desarrollo del film.

Los conflictos no terminan de calar profundamente, lo que hace que exista una gran separación entre los protagonistas y el público.

El personaje de Jean, huye de su vida en Australia por conflictos con su mujer Alicia, interpretada por una cada vez más internacional María Valverde, con quien tiene un hijo. Juliette, intuimos y empleo esta palabra porque tampoco se muestra claramente, que le cuesta imponerse en un mundo de hombres en un intento de mostrar el papel de la mujer en un lugar de costumbres tradicionales.

Por su parte Jérémie, el más joven intenta salir adelante con su joven mujer y un recién nacido a pesar del yugo de un suegro poderoso y dominante que le trata como un niño pequeño e inexperto.

Estas historias son tocadas de manera muy superficial para que lleguen de verdad a interesar al espectador, quizás en un intento de desdramatizar, que sufre sus consecuencias en una gran falta de intensidad general.

Sin embargo se puede decir como nota positiva, que se hace bastante agradable el visionado a pesar del excesivo metraje para el tipo de película que es.

Nuestra vida en la Borgoña se estrena el 27 de Octubre.