El destino de Adonis, desde su nacimiento, siempre fue incierto. Afrodita se había encargado de darle un hogar al niño y fue ocultarlo en un cofre llevándoselo a Perséfone que ya por aquel entonces era la esposa de Hades y la reina del Inframundo. Afrodita le encargó el cofre pero le dijo que nunca viese el contenido del mismo. Esto se debe a que Afrodita sí que había visto al niño y había quedado maravillada. Lo quería solo para ella.

Pero estaba claro que la curiosidad es uno de los mayores rasgos tanto de dioses como de humanos y así fue que Perséfone terminó por ver el contenido del cofre.

Fue entonces cuando quedó maravillada del hermoso niño, enamorándose de él al instante.

Con paciencia, los años pasaron y el niño fue creciendo hasta ser todo un hombre. Se fue del Inframundo para ver mundo y convertirse en un reconocido cazador. Es por eso que en la mayor parte de las obras, se le representa como cazador con su arco, su lanza y sus perros.

El amor que fue prohibido

Como se veía venir, ambas diosas entraron en discusión porque ambas estaban muy enamoradas de Adonis. Sin embargo, desde el punto de vista de Afrodita, Perséfone había roto el pacto por el que no debía haber abierto el cofre. Pero no parecía que eso fuera a echar hacia atrás a Perséfone y al final terminaron yendo ante del Dios de todos los dioses, Zeus.

Es entonces cuando este, al ver la que se había montado, decide que el chico deberá pasar cuatro meses con Afrodita en la tierra y cuatro meses con Perséfone en el Inframundo para terminar escogiendo a una de las dos.

Afrodita, al ver que no podría estar con Adonis todo el tiempo no cumplió la norma mandada por Zeus y comenzó a seducirlo día a día.

Comenzaron un romance que no conocían ni Ares ni Hefesto y con el tiempo se convirtieron en un amor intenso a espaldas del mundo.

El desafortunado desenlace

La diosa del amor siempre le daba consejos a Adonis y uno de ellos es que tuviese cuidado con la caza ya que no soportaría perderlo. Pero la caza era algo esencial para el joven y un día salió a cazar un jabalí.

Sin embargo, no era un jabalí normal sino que era Ares transformado en el animal. Este se había enterado del romance y con unos celos tremendos decidió que era hora de asesinar al jovencito.

Adonis, perdió como era de esperar ante el dios de la guerra emitiendo un grito que escuchó Afrodita desde el Olimpo. No obstante, no llegó a tiempo para salvarlo y solo pudo verlo morir.

En la otra cara de la moneda, para Perséfone esto había sido un regalo teniendo en cuenta que Adonis estaría en el Inframundo. Pero las cosas no iban a salir tan bien para la joven diosa ya que Afrodita no dejaría escapar a un amor tan intenso como el que tenía con Adonis. Esta volvió a hablar con Zeus para pedirle que le dejara estar con Adonis. Zeus, viendo la situación, decretó que Adonis pasaría seis meses desde ese momento con cada una de ellas.

De esta manera, Adonis consiguió ser inmortal llegando a considerarse un dios.