Más allá de una cierta cercanía cómica del título con algunos grandes almacenes, La Casa Encendida nos propone dos exposiciones con cierto aroma de vanguardia del siglo pasado. El caso del artista canadiense Marcel Dzama destila un estilo visual con referencias artísticas añejas, un aroma a Duchamps, Picabia o el Bosco. Como no, el juego como materia de creación, el dadaísmo, se asoma de entre los objetos, ilustraciones y creaciones con clara intención subversiva. Dzama es un artista multidisciplinar que ha colaborado con un variado grupo de artistas como la conocida banda canadiense Arcade Fire o el músico Beck.

Por otra parte Ana Bella Geiger (Rió de janeiro 1933-) es un claro exponente del fantástico panorama artístico del país carioca, acicate de nuevas tendencias constante y vitalismo. Pese a ser la primera artista brasileña en introducir el vÍdeo en su trabajo, realizar toda una carrera profesional creadora con variados estilos y materiales en un ejemplo de eclecticismo formal brillante y un discurso reivindicativo e identitario, Geiger probablemente no ha tenido la repercusión merecida. Su obra es una ventana abierta de todo un formalismo estético brasileño que ha servido de influencia a un Arte, el de Brasil, que es un ejemplo de construcción de vanguardia constante en el panorama del Arte del Siglo XX y XXI.