Si además del recorrido por la Historia del arte occidental, se busca algún punto común en las obras de autores y épocas tan diversos, como los de las 90 piezas que se exponen en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, de la colección de Alicia Koplowitz, indudablemente se encontrará en la mirada femenina.

Es cierto que no hay piezas facturadas por manos de mujer, pero son muchas, mayoría sin duda, las mujeres representadas en distintos momentos y actitudes. Y no es de extrañar, que una mujer empresaria, que se mueve en un mundo mayoritariamente masculino, a la hora de fijar sus emociones los haga en la mirada femenina que le devuelven, quizás muchas veces a modo de espejo, las obras que colecciona.

Y es que el Arte es emoción, es pasión y entendimiento de la historia y de uno mismo, y ese es el hilo que ha seguido Alicia Koplowitz, durante más de 30 años, para ir conformando su propia colección de arte. Un refugio que le ayudó a sobrellevar los momentos difíciles de su existencia. Quizás por eso a través de la muestra podamos intuir facetas de la vida de su coleccionista, miradas de mujer que avanzan desde la estatuaria clásica de Afrodita, pasando por ejemplo por Goya, o las estilizadas figuras de Modigliani.

Imposible también no pararse a reflexionar, al menos un momento, en la intrínseca conexión entre dinero y arte.