Tadeo Jones y el secreto del Rey Midas (2016), la segunda entrega de este albañil natural de Valladolid que trabaja en Chicago, vuelve a las pantallas con fuerza haciendo hincapié en el buen momento que la producción nacional de Cine de animación atraviesa. Enrique Gato, este joven realizador, es el verdadero rey Midas de las distintas obras que están colocando a nuestro cine animado, en un buen lugar en el panorama europeo e internacional. Frente a la macro-producción norteamericana, cómo no la francesa, que tiene en Gru, mi villano favorito, o Ratatui, en su momento, verdaderos buques insignias de una industria potente.

Nuestra producción sorprende por el impacto de nuestras creaciones, tanto en Europa como en Latinoamérica. Así fue la primera entrega de Tadeo Jones –consiguió una recaudación de 9 millones de euros- Atrapa la bandera(2015), o Justine la Espada del valor (2013). En esta Tadeo Jones y el secreto del Rey Midas, nuestro particular Indiana Jones de pintura, vuelve a ofrecernos una aventura clásica –Spielberg ya dibujó en su momento el clima y ritmo perfecto para un film de aventuras- con un guión para ello, donde el concepto de la búsqueda del cofre (en este caso collar con las tres piezas del Rey Midas), un antagonista, la chica y el colega del personaje central (el loco, o personaje cómico) construyen la linealidad del film con un único objetivo: entretener.

De paso, los detalles de la producción nacional, hecho aquí, se encuentran en todos los elementos... paellera, peineta y Granada, banda sonora y tópicos recurrentes para sacar la bandera por montera.