La casa Encendida vuelve a dejar la luz puesta en las noches de su Terraza de verano con la proyección de un sugerente grupo de películas y la invitación de relevantes Dj´s. El concepto desde donde se ha desarrollado esta nueva propuesta es la idea de fiesta. Los films proyectados en sábado y los conciertos musicales que cierran la tarde noche de los domingos, evolucionan a través de “la fiesta” como concepto global, que no es solo un momento de relax, reunión y buen rollo, va más allá, es un espacio y tiempo donde se manifiestan los deseos de una sociedad que deja entrever sus anhelos y en muchos casos carencias.

Es el espacio de libertad donde se buscan los huecos de una sociedad que limita, en el plano afectivo y también en el político. La fiesta expresa los vacíos que una sociedad deja en el día a día

Bajo esta premisa, las sorpresas nos llegaron con la proyección el 9 de Julio pasado de La Grande Bouffe, La gran comilona (1973) de Marco Ferreri, un film sin lugar a dudas suficientemente sugerente para subir al tejado del recinto, si el verano no era el mínimo reclamo. Tanto la proyección como el lugar daban para el relax. La magnífica cinta con guión de nuestro Rafael Azcona sirvió de buen plato para la variada oferta de films que se han presentado. Una fiesta caníbal, donde la deglución de comida y carne, en su metafórica forma, nos precipitaban a un canto de cisne: la muerte de los hombres en manos del placer, un suicidio feliz.

Paris is burning (1990) de Jennie Livingston, el film que pudimos contemplar el pasado fin de semana es un documental musical, muy en la línea de los buenos trabajos que se desarrollaron en la década de los 80 sobre este género, como los films de nacimiento del rap durante los primeros años de la década. El film, un ejemplo más de real cinema bajo la pauta de testimonios de lo que se pasó a llamar cultura del baile en Nueva York durante los años 80, un espacio que nos solamente aglutinaba tendencias musicales, artísticas y culturales también, y más importante un lugar donde la comunidad de gays, trans, afro-americanos y latinos se aunaban en diferentes expresiones de la Música y los nuevos bailes del final de una época.

Una tonalidad de 16mm dota a las imágenes de una fascinación fílmica que nos lleva a los cines de vanguardia de Johan van der Keuken, en Amsterdam Global village, o Las vacaciones del cineasta. Es sin duda una obra que cierra la generación de una época, lo que se llamó la “Edad Dorada” de los bailes drag en Nueva York, y la larga sombra de la cultura de la música de baile y disco de finales de los 70.

Nos acompañó en la proyección la sesión de Dj.s uno de los más interesantes representantes de la vanguardia electrónica alemana, Brunt Friedman. La vanguardia berlinesa de los 90, su herencia, no podía caer en saco roto en la terraza de la casa Encendida. La sesión que nos regaló el Dj´s germano fue una mezcla poco calificable, pero sugerente de influencias electrónicas, dub y jazz, utilizando diferentes instrumentos, tanto acústicos como electrónicos, creando un entorno musical único y variado.

Este sábado tenemos dos nuevas entregas cinema-musicales: Yo, Cristina F de la realizador Uli Edel, (Alemania, 1981). Una autora apoyada por el David Bowie berlinÉs, y su materoom Iggy Pop. La historia versa sobra la destrucción humana bajo la dependencia de la droga, hasta llegar a prostituirse para conseguir pagar la dosis.

El ritmo de la película nos adentra en un mundo oscuro, que comienza con el embriaguez de la fiesta pero que termina en una de sus funestas consecuencias, otra de las fugas sociales.

Cerrará el domingo, una decana de la música “dj´s party”, Dj Marcelle (Marcelle Van Hoff), desde Holanda, una de las más carismáticas maestras de ceremonias de la música sampler: sorpresa, aventura, diversión y educación. 15 años de música por toda Europa y una curiosa forma de expandir la cultura electrónica.

La Terraza de la Casa Encendida se mantendrá magnética durante todo el verano hasta finales de agosto.