El Hygge (pronunciado algo así como Huu-gaa) es el secreto de la felicidad de los daneses, un secreto a voces que no es fácil definir y que todos conocemos aunque muy pocos lo practiquemos.

Para definir lo que es el Hygge, lo más sencillo es utilizar ejemplos: imaginemos un día de invierno, en la calle hace mucho frío, viento y la nieve lo ha invadido todo, pero nosotros nos encontramos en el interior de nuestro hogar, sentados en nuestra butaca favorita ante una chimenea encendida que caldea agradablemente el ambiente, cubiertos bajo el suave abrazo de nuestra manta preferida, vestidos con ropa cómoda, saboreando nuestra infusión favorita, mientras disfrutamos de un buen libro…estamos practicando hygge.

O estamos en casa pasando una agradable velada, compartiendo una cena exquisita, rodeados de nuestros mejores amigos…se trata de una experiencia hygge. Como también lo es un baño de sales relajante mientras observamos el atardecer…

Pero hygge es mucho más que eso, es una actitud integral ante la Vida, un sentimiento de pertenencia en el lugar y momento en el que te encuentras, saber encontrar la comodidad y rodearte de las personas que te ayudan a sentirte a gusto. El Hygge es disfrutar de ser, una experiencia de comunión con nosotros mismos al margen de las posesiones.

En realidad hygge es una palabra que ha surgido en el ámbito de la cultura y la lengua danesa para definir una experiencia que en sí es universal ya que pertenece a toda la humanidad, en algún momento de nuestras vidas todos hemos disfrutado de alguna experiencia hygge, conversando agradablemente con un buen amigo, paseando por nuestra ciudad, cocinando nuestra comida favorita…

El alto nivel de vida existente en Dinamarca, su sistema sanitario de cobertura universal, su jornada laboral de 36 horas semanales con 5 semanas de vacaciones, y su sistema educativo que incluye la universidad gratuita, los permisos de maternidad de un año, y el que cada niño reciba 1000 euros hasta cumplir los 18 son factores muy importantes para que Dinamarca sea la patria de la filosofía hygge.

Sin embargo, hay países que también tienen un nivel de vida muy alto y no suelen encabezar las listas de la felicidad, por ejemplo los EE.UU., quizás una de las diferencias claves sea el sentimiento de igualdad entre los habitantes del país danés caracterizado por un reparto equitativo de la riqueza.

También el clima frío, que invita a pasar mucho más tiempo en la calidez del hogar hace a los habitantes de Dinamarca buscar una comodidad que redunde en un sentimiento de bienestar interno que por otro lado influye en la búsqueda de una mejor relación con los demás.

En el fondo tiene mucho de experiencia espiritual, encontrar la paz en las pequeñas cosas, lo que nos ayuda a estar más a gusto con nosotros mismos y relacionarnos mejor con el mundo.

La filosofía hygge está de plena actualidad, cada poco surgen artículos y vídeos en distintos medios como le blog de Kayleigh Tanner llamado “Hello Hygge”, libros como “El año que vivimos a lo danés: Descubriendo los secretos del país más feliz del mundo” de Helen Russell o “Cómo ser danés” de Patrick Kingsley e incluso empresas como la estadounidense Textil Hygge West.

Buscar el placer en las pequeñas cosas de la vida, saber dejar de lado por un momento las obligaciones para disfrutar de un momento de paz, saber crear el ambiente propicio en el que poder relajarnos un tiempo sin que nada ni nadie nos moleste, ser capaces de desconectarnos del móvil durante un rato, olvidarnos del reloj y disfrutar de una puesta de sol, son como ejemplo experiencias que están al alcance de todos nosotros y que nos hacen vivir momentos que pueden calificarse como hygge y redundan en una mejor experiencia vital que contribuirá a nuestra felicidad.