No es muy común ver actores en el Cine que se auto-parodien, que se interpreten a sí mismos. No nos referimos a aquellas películas musicales de los Beatles, ni del Dúo Dinámico, ni nada de eso.

Sin fecha de estreno en nuestro de país, ayer se estrenó en Francia "Rock'n'Roll", una película dirigida por el actor Guillaume Canet (del cual sea ya vimos hace años la excelente "Pequeñas mentiras sin importancia"), que protagoniza junto a su pareja, la actriz Marion Cotillard (Óscar a la Mejor Actriz por su magistral Edith Piaf en "La vida en rosa" y que trabajó otras dos veces con Canet dirigiéndola).

Lo que atrae nuestra curiosidad es que sus personajes se llaman igual que ellos, con nombres y apellidos.

Luego, nos fijamos en su cartel: Canet con look y gafas a lo Andreu Buenafuente, pelos pincho pintados sobre su cabeza y cara de pasmado, en la cama, teniendo al lado a la Cotillard, cuyo look parece de niña repipi y unos pechos grandes dibujados a rotulador encima de los suyos. Juegan con su imagen, que como les pasa a Penélope Cruz y Javier Bardem, en su país también tienen igualmente admiración y odio por parte de la gente.

La trama se desencadenará cuando ella le reproche algo a él, y para arreglarlo, se unirá a Johnny Hallyday, el Rey del rock francés y también actor, que se autoparodia a sus 73 años de edad.

En nuestro país, la autoparodia más clara y directa que hemos visto es la del actor catalán Joel Joan, el cual triunfa cada lunes en TV3 con la segunda temporada de su serie cómica “El crac”, donde, como en la película antes citada, nunca sabes cuál detalle del guión es verdadero ni cuál es inventado. Se interpreta a sí mismo y se muestra como un niño grande, vanidoso, caprichoso, inestable y un desastre en lo amoroso.

En la primera temporada, Joel Joan se obsesionaba con el rodaje de una película sobre 1714, y en la segunda, vuelve de su pintoresco retiro en Papúa Nueva Guinea por que le pueden dar el Premi Gaudí al Mejor Actor, lo que exalta su famosa vanidad. Otros actores catalanes, como Roger Coma y Julio Manrique, también se interpretan a sí mismos en dicha serie, envueltos en situaciones cómicas de humor absurdo, muy celebradas por los espectadores.

A Manrique le toca auto-parodiarse como “una gran estrella del Teatro en Cataluña”.

En Francia también hubo una comedia, “Mi mujer es una actriz”, que protagonizaron Charlotte Gainsbourg (“Nymphomaniac”) y su marido, el también actor Yvan Attal, dirigida por él mismo. Ellos se llamaban Charlotte e Yvan en la ficción, donde él era un locutor deportivo celoso del éxito como actriz de su mujer, que se codeaba con actores internacionales, entre ellos Terence Stamp (“Superman II”). Una escena hilarante de la película era el rodaje de una escena de cama entre la Gainsbourg y Stamp, donde, por exigencias del propio Yvan, tremendamente celoso, todos los miembros del equipo iban desnudos, desde el cámara a la script. Johnny Depp, que vio la película, aplaudió la “valentía” de ambos en auto-parodiarse de aquella manera.