Hoy, mis queridos lectores y lectoras, amantes de las letras, es uno de esos días gris oscuro casi negro, todo aquel que haya entendido otra forma de literatura, otra forma de narrar, será cómplice de estas palabras.

Hoy, mis queridos lectores y lectoras, ha fallecido el magnífico escritor Ricardo Piglia, autor de libros como Plata quemada, Respiración artificial o El último lector.

Hoy, mis queridos lectores y lectoras, se ha ido uno de los pensadores y críticos más importantes de la Literatura de los últimos 40 años. Parece que la publicación de esos diarios, más conocidos como los diarios de Emilio Renzi, que desde los 16 años elaboró minuciosamente, venían anunciando el final de una pluma.

Ricardo Piglia ha sido uno de esos escritores que no se cree lo que puede ser obvio a los ojos, un escritor que ha puesto en tela de juicio la veracidad de la literatura, donde el enigma a descubrir se encuentra escondido entre los huecos de las palabras, entre esos huecos que todo lector pasa por encima con su mirada. Como bien decía el propio autor: “Narrar, decía mi padre, es como jugar al póquer, todo el secreto consiste en parecer mentiroso cuando se está diciendo la verdad”.

Como señaló a lo largo de su vida, su formación literaria se ha dado bajo la lectura de grandes escritores como Roberto Arlt, Borges o Faulkner; escritores que bien han dejado huella en sus escritos. Estos escritos van a estar cargados de una forma de pensamiento que va a romper con lo que todo lector ha entendido hasta ese momento por “literatura”.

Piglia te plantea cuestiones como ¿la literatura no nos engaña? ¿Realmente no marca una ideología? ¿Y si utilizamos la literatura como el arma más anticapitalista?

Esa forma propia de autoficción que presentaba en sus textos hizo que se convirtiera en un maestro que nos enseñó a leer literatura pues, como él mismo dejó escrito: “Todos nos inventamos historias diversas (que en el fondo son siempre la misma), para imaginar que nos ha pasado algo en la vida.

[...] Historias que uno mismo se cuenta para imaginarse que tiene experiencias o que en la vida nos ha sucedido algo que tiene sentido. Pero ¿quién puede asegurar que el orden del relato es el orden de la vida? De esas ilusiones estamos hechos, querido maestro, como usted sabe mejor que yo.”

Huérfanos nos deja un escritor, crítico y profesor que a muchos ha iluminado con su forma de narrar. No obstante, siempre nos quedará su forma de mirar, es decir, esa forma de leer que Ricardo Piglia dejó consagrada.