Nacimiento de la Real y Distinguida Orden Española Española de Carlos III:

El interés de Carlos III (1716-1788) por las Órdenes de Caballería ya le llevó a fundar en el Reino de las Dos Sicilias la Insigne y Real Orden de San Genaro. El 19-09-1771 rubricó con su firma la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, cuyo lema era "Virtute et Mérito". Su objetivo era distinguir a las personas que destacaran por sus acciones a favor de España y de la Real persona. Los primeros Estatutos se crearon para configurar elementos ceremoniales de la misma.

Según las constituciones fundacionales se exigían dos requisitos para ingresar: ser benemérito por sus servicios y ser afecto a la Majestad Católica. Se crearon dos clases: los Caballeros de las Grandes Cruces (60) y los Caballeros Pensionados (200).

Reformas carolinas:

Carlos III emprendió una serie de cambios en la sociedad española en todos los ámbitos. Adoptó la celebración de premios en metálico. El primer sorteo de Lotería Real se celebró el 10-12-1.763. Era una especie de primitiva.

Evolución de la institución:

Carlos IV (1748-1819) continuó la obra de su padre. La institución se convirtió en la mayor potencia económica de España. Con Fernando VII (1784-1833) se declaró el organismo patriota al ser cautivo el Rey.

Sus insignias han variado con el tiempo pero ha mantenido sus emblemas originales: el manto litúrgico de seda azul con cantos blancos y la cruz de ocho puntas con la imagen de la Inmaculada Concepción, de la que Carlos III era muy devoto. Con Isabel II (1830-1904) se transformó en Orden Nacional del Mérito.

A lo largo de la historia se han producido intentos fallidos por suprimirla, por ejemplo, en la Segunda República.

La Reina Isabel II fue la primera dama en ingresar en la Orden con el grado de Santa Cruz. Dª Sofía de Grecia y Dinamarca también accedió.

En 1983 se extendió su posible concesión a todos los ciudadanos y se la hizo depender directamente de la Presidencia de Gobierno. En la actualidad, pertenece al patrimonio histórico inmaterial de los españoles y sigue siendo la más alta distinción honorífica.

Un recorrido por la exposición:

La exposición se compone de numerosos cuadros procedentes de distintos museos y centros sobre los ilustres personajes relacionados con la Orden así como un sinfín de objetos preciosos que simbolizan su poder. Por ejemplo, placas, collares, bandas, medallas, insignias y monedas, entre otros, se suceden produciendo admiración en el visitante. Se puede contemplar un elenco de documentos distintivos como un facsímil de un Real Decreto de reformas de la Orden.

Un cuadro de la Inmaculada Concepción con su manto litúrgico con los colores azul y blanco con el emblema de la Orden deslumbra al espectador por su belleza. Una representación de un modelo de escudo de la fachada de la Real Aduana de Madrid esculpido en cera y lacre por Roberto Michel resulta fascinante.

Se exponen objetos personales de Isabel de Farnesio, madre de Carlos III, como la tapa sopera de su vajilla, toda una delicia. También se muestran la bandeja y el estoque ceremoniales. La Gran Cruz de la Orden, diseñada en oro, plata y cristales resplandece en su apogeo. ¡Y hay mucho más!

Por último, el libro "Las órdenes y condecoraciones civiles del Reino de España (Ceballos-Escalera y Gil A.; García-Mercadal y García-Loygorri) atrapará a los amantes de los emblemas.

¡No os perdáis la exposición!