Las Vírgenes Negras suponen uno de los grandes misterios de la Edad Media, una época que, si bien es considerada como oscura donde reinaba el caos, ha sido mutilada desde el Renacimiento hasta nuestros días.

En realidad, esas esculturas donde resalta el tono negruzco son el vivo retrato del esplendor de conocimiento que surgió en Europa en mitad del caos. Y ese conocimiento se debe al trabajo de los benedictinos y, posteriormente, a los Templarios.

Las Vírgenes negras se encuentran esparcidas por toda Europa; lo más curioso es la similitud de características que presentan estas efigies, donde todas poseen la virtud de obrar milagros (por tanto, suelen ser un punto importante de peregrinación) y tienen relación directa o indirecta con Oriente.

Cuenta la leyenda que los Templarios, cuya influencia principal era San Bernardo, llegaron a la isla egipcia de Filae, situada en mitad del Nilo. La isla de Filae fue el último reducto del culto a Isis, diosa pagana de la fertilidad y que estaba vinculada a la Madre Tierra. Las estatuas que representaban a la diosa egipcia Isis eran similares a estatuas románicas de la Virgen, con la excepción de que éstas tenían un tono negruzco. San Bernardo, para ocultar la imagen de la Madre Tierra en las representaciones medievales de la Virgen, las comenzó a denominar Nuestra Señora. Cabe mencionar la obra pictórica en la cual San Bernardo es amamantado por una Virgen, representando esa vida que da la Naturaleza.

El culto a Isis no sólo se dio en Egipto, sino que se tiene conocimiento de su expansión por diversos puntos de la geografía de Europa occidental. Incluso estudiosos afirman que París es la ciudad de esa divinidad pagana, viniendo el nombre de la capital francesa de "Parisis" ("Ciudad de Isis"). ¿Puede ser la expansión del culto a Isis en Francia la explicación a la gran concentración que existen de Vírgenes negras en todo el territorio francés?

Las Vírgenes negras casi siempre son descubiertas por pastores en mitad de la Naturaleza. Estas efigies negruzcas siempre aparecían incrustadas en árboles, enterradas en lugares cercanos a fuentes y aguas subterráneas u ocultas en el fondo de cuevas. Esto se debe a que, en las tradiciones paganas, la Naturaleza era la Madre de todos los seres que habitaban en ella; por tanto, los elementos que aparecen en la Tierra son dignos de adoración al ser regalados por la Madre Tierra.

Ésta es una característica más que relaciona a las Vírgenes Negras con el culto a la Madre Tierra.

Existen pocos estudios sobre las Vírgenes negras, donde la conclusión siempre es la misma: han adquirido el color negro debido al paso del tiempo y al humo de los cirios que se colocaban para su veneración. Las conclusiones a las que llegan los pocos estudiosos que se han dedicado a investigar "por encima" este enigma medieval son simplistas, las cuales no van llegan al fondo de la cuestión. Las Vírgenes negras han sufrido la misma mutilación histórica que la época en la que se realizaron, siendo el vivo reflejo de la civilización medieval.