El aspartamo es uno de los edulcorantes más potentes del mercado, unas 200 veces más dulce que el azúcar normal, que fue descubierto, por puro azar, en 1965, por el químico James Schlatter y patentado por el laboratorio farmacéutico Searle. En España se identifica como el E951 y está presente en más de 9.000 productos, en especial los "light", que van desde refrescos como la Coca-cola, chicles sin azúcar, alimentos dietéticos o incluso medicamentos como el Redoxon. Se localiza por el número de referencia citado o por la leyenda "contiene una fuente de felinalanila".

Y es el segundo edulcorante artificial más usado en el mundo.

El aspartamo o aspartame está compuesto por tres elementos: ácido aspártico (40%), fenilananina (50%) y metanol (10%), componentes que sufren una transformación cuando sobrepasan los 30º grados centígrados y se convierten en ácido fórmico (veneno para hormigas, entre otros), que van afectando al ser humano en diferentes formas y pueden llegar a provocar la muerte. El metanol es especialmente tóxico. Los efectos de su consumo habitual van desde el cáncer, la esclerosis múltiple o el lupus, hasta el alzheimer, según denuncian diversas organizaciones mundiales.

¿Qué es lo da credibilidad a todo esto? La forma en que se aprobó su uso, y que es la multinacional Monsanto, famosa por sus polémicas al tener todo tipo de denuncias por perjuicios a la salud, producción de alimentos transgénicos y daños al medioambiente, la que se hace con la patente al absorber la farmacéutica Searle.

Hace 25 años, en 1981, su uso fue autorizado por la FDA (Food and Drug Administration) de EE.UU. Pero inicialmente la misma agencia lo había rechazado porque diversos informes señalaban que podía producir tumores cerebrales. De hecho, en 1969 ya había estudios que probaban su toxicidad. Otro estudio de 1980 sobre 180 animales desveló que de 196, 96 murieron de tumores cerebrales.

También en 1981 una investigación independiente confirmó que el aspartamo podía producir daños neurológicos. Por eso la FDA no lo había autorizado. Pero llega entonces Ronald Reagan a la presidencia, amigo del director de la farmacéutica Searle, la que lo había patentado, ya filial de Monsanto, y se nombra un nuevo comisario en la FDA, cuya primera acción es aprobar su comercialización, pese a más de 7.000 demandas relacionadas con su consumo.

Las enfermedades asociadas a dicho consumo van desde diversos tipos de cáncer hasta la esclerosis múltiple, la epilepsia o el lupus, como antes se indicó. Especialistas como el Dr. Roberts afirma también que el envenenamiento por aspartamo acelera la enfermedad de Alzheimer.

Existen muchísimos artículos al respecto, investigaciones publicadas y varios libros sobre el tema: "La enfermedad del Aspartame: una epidemia ignorada" o "La enfermedad del Aspartame: una epidemia aprobada por la FDA" . Investigadores españoles de renombre, como Felipe Hernández Ramos, especialista en nutrición celular y terapia ortomolecular, también han alertado sobre el uso del aspartamo.

Está prohibido en países como Islandia, Noruega, Japón o Filipinas.

En Canadá se comercializa con la advertencia de que puede producir cáncer. En otros países se puede ver la etiqueta "aspartame free". A nivel internacional, la organización "Mission Possible International" recoge denuncias y testimonios de médicos y víctimas. Aquí en España solo nos queda mirar las etiquetas y descartar aquellos productos que lo contengan, los que digan "contiene una fuente de felinalanina". Tomen buena nota.