Si ya conocíamos la absurda manía de la democracia más avanzada del mundo, la de EE. UU., de arruinar la carrera política de cualquier político por que hubiera tenido una cana al aire, aunque ello hubiera ocurrido hace un montón de años, pues si creíamos todo esto superado porque Bill Clinton, pese al escándalo de la becaria Mónica Lewinsky, pudo completar sus dos mandatos como Presidente, nada más lejos de la realidad.

Y los perjudicados por “conductas inmorales”, esta vez no son políticos, sino policías, en uno de esos Estados de la América profunda y del Sur, de los más conservadores, pese a que se le conocen costumbres sexuales lejos de ello, y de los pocos Estados bilingües (donde se habla inglés y francés) de la Unión: Louisiana.

Cada uno se enamoró y se fue a vivir con la esposa del otro

El Tribunal Supremo de EE. UU. ha dado la razón a un sheriff de ese estado al sentenciar que él tuvo razón al exigir el traslado a dos policías, que según él, habían mancillado el honor del Cuerpo de Policía al haber hecho algo más propio de una telenovela: ambos se enamoraron de la esposa del otro.

Todo empezó en 2014, en Bossier, Louisiana. Los agentes Brandon Coker y Michael Golden empiezan una historia de amor extramatrimonial, hasta que se descubre que las amantes son la esposa del otro. Al descubrirse esto, en vez de acabar todo violentamente, como en la mayoría de los casos, llegan a un acuerdo para intercambiarse los domicilios conyugales, es decir, cada uno rehace su vida con la amante, pero trasladándose al domicilio del ex marido.

El adjunto del sheriff descubre el pastel y decide sancionarlos. No porque crea que es inmoral, sino simplemente porque descubre que si ambos han rehecho su vida con la mujer del otro, no se han divorciado ninguno de los matrimonios. Seguían legalmente casados como antes, sólo que la mujer que ocupaba el domicilio conyugal era otra.

El adjunto, con un lenguaje más propio de un telepredicador o uno de aquellos curas del franquismo, exige a los agentes que vuelvan a convivir con sus cónyuges. “No os entreguéis a ninguna conducta ilegal, inmoral o indecente”. Les dio como plazo hasta el 24 de noviembre para que volvieran al “buen camino”. No fue así, ya que los agentes se negaron a ello.

El Tribunal Supremo de Louisiana no ve bien esto si son policías los adúlteros

Pero lo más curioso es que el Tribunal de Primera Instancia de Nueva Orleáns (Louisiana) sentenció en mayo pasado que “Las relaciones sexuales entre adultos consentidas deben considerarse de manera diferente cuando los adultos son miembros de las Fuerzas del Orden”, lo que dio la razón al sheriff cuando decidió que ambos agentes debían de ser trasladados a otro lugar, quisieran o no quisieran. Además, ese Tribunal dijo en su sentencia este curioso pretexto para decidir algo así: “La Ley no crea derechos para las relaciones que ridiculicen el Matrimonio”. Los agentes recurrieron al Tribunal Supremo de la Nación, pero el mismo, con mayoría de jueces conservadores, les ha dado la espalda.

Esto ocurre cuando un Estado de la zona, Alabama, ha votado como nuevo Senador al demócrata Doug Jones, contra el republicano Roy Moore, que pese a haber sido apoyado sin descanso por el Presidente Trump, ha perdido por los abusos sexuales cometidos años atrás por él mismo a chicas jóvenes. Esto último se entiende, los votantes han elegido a alguien con mejor catadura moral, pero lo anterior, de los policías, en Europa se ve como algo de la Edad Media o del siglo XIX.