La victoria de Emmanuel Macron en las Elecciones presidenciales francesas de mayo parece que sigue dando buenas vibraciones, tanto a él mismo y a sus seguidores como a Francia, y en la primera vuelta de las elecciones legislativas celebradas ayer, continuará su triunfal recorrido.

Los diputados franceses, al contrario que aquí, no son elegidos por provincias o departamentos, sino por circunscripciones electorales, unas 577 en todo el país. En cada zona electoral hay varias, y como en las presidenciales, los dos candidatos más votados pasan a la segunda vuelta si no hay ninguno que haya tenido más del 50% de los votos.

La primera consecuencia es que más de 40 diputados socialistas franceses, algunos históricos, han sido eliminados, es decir, fueron los terceros más votados en su zona como máximo. Manuel Valls, ex Primer Ministro y ex alcalde de Evry, ha tenido más suerte y fue el más votado en Essonne, a las afueras de París. Las encuestas les dan a los socialistas muy pocos escaños y una intención de voto de apenas el 10%, la peor en mucho tiempo.

Del grupo político del presidente Macron, tan sólo 19 eliminados, y hay varias zonas en las que sus candidatos han rozado el 50%. No han presentado candidatos en todas las zonas por su reciente creación, y unas 50 carecieron de ellos. Los eliminados de En Marche fueron sobre todo en Córcega, el Norte de Francia y las colonias de ultramar.

Según las encuestas, llegarían a tener más de 450 escaños.

El Front National, que antes de las presidenciales parecía imbatible, parece disolverse como azucarillo, y apenas ganaría en unas 20 zonas del país, sobre todo donde el partido está muy asentado, y llegó a la segunda vuelta en otras 100. Donde parece tener más seguro conseguir escaño será con la propia Presidenta del partido, Marine Le Pen, en su zona de Pas de Calais, o en donde se presenta Emmanuelle Ménard, esposa del polémico alcalde ultra de Béziers, Robert Ménard.

Florian Philippot, el número 2, fue el más votado con apenas un punto de ventaja sobre su perseguidor. Se cree que tendrán unos 15 escaños y los terceros más votados.

Les Républicains, la derecha moderada que lideró el ex Primer Ministro François Fillon en las presidenciales, ha mejorado algo, y serán los segundos más votados.

En cambio, La France Insoumise, la izquierda más radical que lidera Jean-Luc Mélenchon, tampoco irá mucho mejor que los socialistas. Los más optimistas creen que ganarán en 10 zonas.

Una de las cosas que más se lamenta es la alta abstención, que ha superado el 40 %. No se sabe si en la segunda vuelta habrá más votantes, teniendo en cuenta la particularidad de esto, que haya candidatos que necesiten el voto de los que votaron a los eliminados para que no gane el rival de la final. Pero el partido del presidente Macron es el más optimista, y tendrá para gobernar casi tres cuartas partes de la Asamblée Nationale.