A sus 48 años, la candidata del Frente Nacional que con sus políticas populistas ha puesta a Francia en la mira del mundo, tiene una infancia marcada por la diferencia. Era solo una niña, cuando una bomba destruyó su la casa familiar y puso en peligro la vida de la familia.

La menor de los tres hijos del matrimonio entre Jean-Marie Le Pen y Pierrette Lalanne, recuerda no solo el estruendo, sino la discriminación que vino luego. Después del atentado, la familia abandonó la casa del Distrito 15 y se alojó en una lujosa mansión prestada por un amigo de su padre.

El barrio rico, los vecinos acaudalados y las diferencias sociales, dejaron huella en la pequeña Marine.

Lo de la bomba nunca pudo esclarecerse, sin embargo, la candidata más votada después de Macron, asegura que esa noche descubrió el costado más oscuro y peligroso de la política. Con el correr de los años, su madre abandonaría el nuevo domicilio familiar fascinada por un amor. Las hijas quedaron en casa, al cuidado de Jean-Marie, sin embargo cuando éste se negó a pagarle una pensión, Pierrette decidió vengarse y posar semidesnuda para la revista Plaboy.

El atrevimiento le costó 15 años de silencio con su hija pequeña, con la que recobró el vínculo tiempo antes de que Marine expulsara a su padre del partido y dejara de hablarle.