Corea del Norte, no solo no se amedrenta con las sanciones económicas que le ha impuesto China, las advertencias de la ONU, o las amenazas de EE.UU., que coloca sus más importantes maquinarias bélicas en las aguas de la península, sino que redobla su provocación, impulsando con lo que Kim Jong-un, ha denominada "la máxima celeridad", a su programa nuclear. Al mismo tiempo y un tanto sorpresivamente, según recoge Bloomberg, Donald Trump expresa que, estaría de acuerdo en reunirse con el Líder Supremo de Corea del Norte, "bajo circunstancias adecuadas". ¿El pedido de Xi Jinping ha dado resultado?, o ¿es que el presidente norteamericano ha descubierto que Kim no fanfarronea?

Una reunión como la que propone el ejecutivo americano, no se produce entre Corea y Estados Unidos, desde la administración de Bill Clinton, durante el año 2000.Ya en esos momentos, la secretaria de Estado Madeleine Albright, se reunió en Pyongyang con Kim Jong II, en el marco de la discusión surgida, al respecto del desarrollo nuclear de Corea del Norte

A pesar de que paralelamente a las bravuconadas de Kim, se despliegan ostentosamente las de Trump, la posibilidad de iniciar acciones bélicas por parte de los americanos, no sería ni conveniente, ni sin graves consecuencias para los americanos y sus aliados. Algunos analistas, tal es el caso de Dan Lamothe, experto del Washington Post, están convencidos de que, la utilización de armas apocalípticas, no sería la opción elegida, en el inicio de una guerra entre ambas naciones.

Suponen que los ataques, podrían desarrollarse en un escenario protagonizado por fuerzas de elite.

Durante el desfile militar del 21 de abril, en Corea del Norte, se han exhibido como elementos destacados, provistos con armas de última generación, a los denominados "Comandos Relámpago", que serían fuerzas especiales destinadas a neutralizar las posibles infiltraciones, o incursiones de elementos americanos, destinados a producir ataques con armas químicas, o ejecuciones de líderes norcoreanos, incluyendo a Kim Jong-un.

La fuerzas especiales de Corea del Norte, suman 180.000 hombres. El número es muy similar al de los marines estadounidenses. Están entrenados para inserciones rápidas, por aire o por tierra, accediendo a objetivos en suelo surcoreano y cuentan con adiestramiento, en la utilización de sustancias denominadas nerviosas. Ung-gil Lee, desertor del "Cuerpo Tormenta" de esas fuerzas, en una entrevista al Daily Mail, ha relatado que sus objetivos serían el secuestro de surcoreanos, que podrían incluso ser tomados como rehenes en el propio territorio de Corea del Sur, y que serían eliminados fuere cual fuere el desenlace de las negociaciones.

Todo ello conduce y es prácticamente confirmado, por el nutrido historial de secuestros de funcionarios extranjeros, con el que cuenta de Corea del Norte.

Más allá de todo lo anterior o quizás incluyéndolo, Donald Trump ha comenzado a ser más cauto en sus declaraciones, respecto a una intervención militar en el suelo norcoreano.