El régimen de Maduro ha cometido otro fraude más al inhabilitar políticamente al Gobernador del Estado Amazona, Liborio Guarulla, quien dio una rueda de prensa para exponer el atropello del cual ha sido víctima y que lo convierte, junto Henrique Capriles, en uno más de los Gobernadores que no tendrá derecho a ser elegido por el pueblo en una eventuales elecciones, las cuales han debido darse en diciembre de 2016.

Ataviado con sombrero y collares típicos de la etnia Baniva, a la cual pertenece, El Gobernador Guarulla se dirigió a Venezuela y al mundo para aclarar que su inhabilitación no es algo novedoso porque el régimen de Nicolás Maduro no sólo ha inhabilitado a otros opositores, sino también a dos indígenas presos y a la mitad del Estado Amazonas, el cual ha entregado de manera ilegal, a la guerrilla y a los mineros, quienes están dañando el medio ambiente para sacar el oro de su país.

Con su hablar educado, pacífico y calmado, pero certero y desafiante, el Gobernador denunció el odio, el ensañamiento y la discriminación con los cuales han actuado Nicolás Maduro y sus cómplices en contra de él y del pueblo de Amazonas, el cual ha pasado un año sin representante en el Parlamento Nacional y en un limbo judicial que el TSJ no se ha dignado a resolver.

Debido a todos los atropello que de manera continua el régimen ha cometido, el Gobernador Guarulla convocó a sus Ancestros y Chamanes y sorpresivamente delante de las cámaras que lo enfocaban, le echó en cara al régimen que no sólo ellos tienen el poder y lanzó su maldición: “Les aseguro que no morirán sin tormento, que antes de morir comenzarán a sufrir y su alma va a vagar por los sitios más oscuros y pestilentes, antes de poder, de alguna manera, cerrar los ojos”.

Seguramente los personeros del régimen, quienes se han caracterizado por valerse de los Babalaos cubanos para mantener en el poder gracias a su magia negra, estarán profundamente preocupados por esta grave maldición que el perseguido líder político ha lanzado contra ellos, pero hay que recordar que sin que él lo hubiese hecho antes, tanto el difunto presidente, Hugo Chávez, como otras figuras pertenecientes del Socialismo del Siglo XXI, ya han muerto de manera muy trágica en algún accidente o han sufrido de una penosa enfermedad que los has llevado a la tumba.

Tal vez los preocupados rojitos volverán a recurrir a sus Babalaos de confianza para que intenten revertir esta maldición porque "según la tradición chamánica, cuando este ritual se lanza en forma de maldición, todo aquél que lo recibe, carecerá de prosperidad, será despojado de sus riquezas y su vida se inundará de dolor y pesa" cosa que sería una gran tragedia para Nicolás Maduro y sus cómplices, quienes han amasado grandes fortunas durante 18 años y no están dispuestos a ceder en la pretensión de los ciudadanos de apartarlos del poder.

Al final, es Dios quien en su infinito poder juzgará a estos hombres quienes han pisoteado al pueblo venezolano en su lucha por la libertad, y quien decidirá si la maldición lanzada por el Gobernador Guarulla se hará o no realidad; mientras tanto las calles se siguen tiñendo de rojo y a pesar de eso la valentía se ha apoderado de la gente que se mantiene en la lucha para que se termine la maldición que le cayó a los venezolanos.