En Caracas, la muerte es un ritual despojado de todo dramatismo. Un título frío que se repite cada día en la prensa de una ciudad sumida en una profunda crisis, tanto política como económica y social. Con 119,87 homicidios por cada 100.000 habitantes, la capital venezolana desbanca a la hondureña San Pedro Sula de este sangriento ránking, según la investigación del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

Como si de una macabra rutina se tratase la morgue caraqueña acoge durante un fin de semana habitual, unos 55 cadáveres por muerte violenta de media.

Y hay de todo: desde un ex magistrado del Supremo, hasta un estudiante universitario abatido por error de uno de sus raptores.

Refugio del crimen

Dentro de Caracas no todo es criminalidad, pues hay zonas realmente desiguales. Los asentamientos irregulares (favelas) de las colinas contrastan con los rascacielos y avenidas del centro del valle sobre el que se asienta la ciudad. Uno de los barrios más peligrosos, no sólo de Caracas sino de todo el mundo, se corresponde con una de estas favelas. En el barrio de Petare viven unas 500.000 personas (la población de la ciudad de Málaga) apretadas en escasos 40 kilómetros cuadrados, en chabolas unas encima de otras, construidas con ladrillo y chapa.

Esta aglomeración, alejada de la civilización del siglo XXI, permite campar a bandas de delincuentes que desafían diariamente a la policía.

A partir de las 6, la gente se recoge en sus casas y procura no salir: cuando cae la noche Petare es tomado por las culebras (peleas entre las bandas del crimen organizado). Cada semana pueden morir asesinadas entre 30 y 60 personas en este barrio. Muchos son inocentes que se cruzan entre el fuego de las bandas. Alquilar un revólver por un día puede costar sólo 60 dólares.

Crisis tras crisis

De acuerdo con el criminólogo Luis Izquiel, "La tasa de homicidios de Caracas multiplica por 12 lo que la OMS considera una epidemia de Violencia criminal". Para que nos hagamos una idea, todos los homicidios ocurridos en 2015 en Madrid sumaron 16, lo cual coincide con la media diaria de Caracas.

Entre las causas que sitúan a la capital de Venezuela como la ciudad más salvaje del mundo destacan: La impunidad de los casos, la corrupción, el crimen organizado, la circulación de millones de armas y la represión militar.

Con estas circunstancias la violencia parece endémica y pandémica, no sólo de Caracas, sino de toda América Latina.

Sin embargo, mientras otras ciudades latinoamericanas tristemente famosas por su violencia como Ciudad Juárez, Acapulco, Belo Horizonte o San Salvador han reducido el número de homicidios; en Caracas las cifras aumentan cada año, probablemente como consecuencia de la situación de emergencia económica que vive el país.