Ayer fue otro día en la vida de los venezolanos para no hacer colas en panaderías, mercados ni farmacias sino para luchar por su amado país, pero esta vez hubo más que jóvenes perseguidos por policías armados, también violación de derechos humanos a su máxima expresión.

No sólo se lanzaron bombas lacrimógenas desde un helicóptero que sobrevolaba Caracas‎, sino que algunos policías al saber que la diputada de oposición, Delsa Solórzano, era atendida en un centro hospitalario del este de la ciudad, lanzaron 3 bombas lacrimógenas, lo cual dio como resultado un bebé de un mes de nacido asfixiado.

Por suerte para él, la atención fue inmediata y regresó sano y salvo a su casa, pero esa misma suerte no la tuvo un joven quien recibió en la cabeza el golpe de otra bomba y está gravemente herido.

Mientras tanto Nicolás Maduro ve los toros desde la barrera en Cuba, a donde escapó como un cobarde cualquiera, a resguardarse del candelero que se esparce día a día en todo el país. Ya ofreció las elecciones de gobernadores que debían hacerse hace 4 meses atrás, pero ni eso lo está salvando de la furia de un pueblo que pasa hambre y miseria para que un grupito de abusadores se mantenga en el poder y llenen sus bolsillos de dólares.

Ayer se escribió una página más de la fuerza, la valentía y la esperanza de un pueblo que necesita y añora la libertad perdida.

Hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, sanos y enfermos están en las calles‎ protestando y resistiendo la embestida de los abusadores del régimen, sin miedo y sin ninguna duda de que esta pesadilla debe terminar ya. Esta mañana, dando un madrugonazo más, algunos diputados de la Asamblea Nacional, dignos representantes de los venezolanos quienes por ellos votaron, se presentaron de sorpresa en el comando de la Guardia Nacional, en el paraíso, y les hicieron entrega de un documento donde se les recuerda que es un delito atacar a marchas pacificas con gases tóxicos y mucho peor lanzarlas desde un helicóptero.

También los venezolanos amanecieron con la triste noticia de que un joven de 19 años, murió gracias a la represión de los cuerpos policiales quienes le dispararon a mansalva por el delito de exigir sus derechos, así como lo hacen todos los venezolanos quienes quieren libertad. Al cumplirse un año más desde el día en que con una descomunal marcha Hugo Chávez fue sacado del poder, los venezolanos siguen luchando, lastimosamente, los errores cometidos en el pasado los han arrastrado hasta acá y siguen viviendo una pesadilla.