Los desbordamientos de los ríos que provocaron la Avalancha en Mocoa (Mulato y Sancoyaco) han destrozado la capital de Putumayo. Los equipos de rescate y emergencias no pueden avanzar con la celeridad que desearían por el barro aún fresco y la amenaza de lluvia que hasta hace algunas horas, todavía soportaba la región. No obstante, los 1.900 rescatistas que colaboran en esta catástrofe, más la ayuda de tecnología avanzada, como drones, están consiguiendo mucho más de lo previsto.

Las víctimas fatales son 273, los heridos más de 260 y los desaparecidos aún no pueden contabilizarse, aunque se estima que rondan los 200.

De las 273 personas fallecidas, solo la mitad de los cuerpos han podido ser entregados a la familia. Los peritos forenses continúan realizando autopsias a los cadáveres en medio del desastre sanitario.

Mocoa y sus alrededores fue fundada en 1563, está bordeada por 10 ríos y la planificación urbanística ha sido nula, la población ha estado siempre en peligro de que esto sucediera. La población de Mocoa suele dedicarse a la agricultura, cuenta con un número amplio de personas que llegaron al lugar escapando de la violencia armada. Desplazados como estaban, construyeron viviendas de una precariedad inusitada, que el la madrugada del viernes estalló contra ellos.

Kenya Barrios trabaja por la inclusión social desde hace bastantes años, orgullosa de su país y compungida por la tragedia de Mocoa afirma antes de que le formula la primera pregunta.

“La deforestación fue una de las variables que influyó en la magnitud de la tragedia. En unas horas llovió lo de 10 días, esto colapsó incluso las zonas forestadas y afectó a los asentamientos humanos ubicados en zonas de riesgo.”

Puntumayo ha sido el quinto municipio del país en donde mayor extracción de capa vegetal se ha realizado, cerca de 9 mil hectáreas.

Es, además, uno de las zonas donde mayor cultivo de cocaína se produce. Según un informe de la ONU, el 80 % del territorio que Colombia ha cedido al cultivo de drogas se centra en los distritos de Cauca, Norte de Santander, Nariño, Caquetá y Putumayo. La zona donde ocurrió la avalancha, tiene unas 20 mil hectáreas de cultivo.

Es por ello que, una vez asimilada la tragedia, los especialistas han reforzado la teoría de una prevención que podría haber evitado o, al menos, reducido la magnitud de la catástrofe.

Como respuesta, la Fiscalía Colombiana ha enviado al territorio más afectado, un equipo de 65 personas conformado por médicos, fiscales e investigadores, que trabajarán en conjunto para saber si la avalancha podría haberse prevenido.

El servicio eléctrico se ha ido restableciendo paulatinamente. Lejos de estar funcionando en un 100 %, los lugareños cuentan con solo un 20 % de energía eléctrica destinada para el suministro de los insumos más necesarios.

El peligro de una epidemia es otro de los factores que mantienen en vilo a la población que logró salvarse. Desde el Instituto de Medicina han informado que los cuerpos que no se reclamen durante las próximas horas serán incinerados.