A las 14,30. hora local del miércoles pasado, el horror detuvo el tiempo sobre el puente de Westminster. El odio del terrorismo, asesinó el pacífico mediodía de los londinenses y los turistas que transitaban el puente de los 7 arcos. Un demente islamista, tiñó de sangre y pánico los 500 metros que unen el Palacio de Westminster, al oeste del río, con el London Eye, en la otra orilla. Desde entonces Londres herida por el terrorismo, se niega al luto y retoma su ritmo habitual, llorando indignada a sus víctimas. Alguien ha escrito en la pizarra del metro: "Esto es Londres", como simbólico mensaje que grita, nada podrá alterar nuestras costumbres ni nuestros valores.

Algunas personas relatan a los medios, donde estaban cuando advirtieron los signos de la barbarie. La mayoría de ellos se encontraban en las cercanías del Parlamento Británico y, desde allí pudieron ver las dantescas escenas del ataque. "El Periódico" on line registra varios casos. Los que siguen son algunos de los testimonios recogidos por ese medio. El profesor de Harvard Radoslaw Sikorski, describió en su cuenta de Twitter como un coche embistió, al menos a 5 personas, estrellándose luego contra las vallas que protegen al Parlamento. Martin Pearce, recuerda conmocionado, como al subir las escaleras observó que: "Había mucha sangre" y a un hombre y a una mujer que yacían heridos en el pavimento.

Rick Longley, fue sorprendido por una multitud que escapaba corriendo de la escena, al mismo tiempo que pasaba frente a sí, un hombre que corría blandiendo un cuchillo, con el que finalmente apuñaló a un policía dándole muerte, a pesar de los esfuerzos del parlamentario Tobias Ellwood, que intentara socorrerlo. Algunas pasajeras de un autobús, que atravesaba el puente, fueron testigos del momento en el que la 4X4, atropellaba a varias personas que caminaban por las aceras del Westminster.

El redactor de política del "Daily Mail" Jason Groves, presenció todo el hecho desde su ventana, incluyendo el momento en el que el terrorista corría hacia el hall y era abatido por los agentes que sin uniforme, prestan servicio en la seguridad del puente.

Sobre las aceras del Westminster, las flores en memoria de los fallecidos y la presencia de los agentes de seguridad, recuerdan la tragedia vivida.

Aún resuenan en el espacio las huellas sonoras, de las ululantes sirenas que precedían a las ambulancias, que acudieron a socorrer a los heridos. La muerte ilegítima visitó ese lugar. Hoy en el acto de homenaje a los caídos, una mujer llevaba en el dorso de su mano una inscripción, que resume la actitud de los londinenses frente a la barbarie yihadista. Decía: "No tenemos miedo".