El 28 de abril de 2012, en una mañana común y corriente, Antonia Cabrera de 15 años sufrió un severo derrame cerebral después de sentir un fuerte dolor de cabeza. Tras ser internada entró en un coma profundo con un pronóstico médico devastador: la muerte o el estado vegetativo en caso de que despertara. Su hemorragia cerebral no cesaba y los médicos no veían su cura.

Sus familiares y amigos consternados por la gravedad de la joven de origen chileno, comenzaron una cadena de oración que se extendió por las Redes Sociales y a la cual se unieron miles de personas de distintas partes del mundo para rezar por su pronta recuperación.

Dos semanas más tarde, de manera asombrosa y frente a las pocas posibilidades existentes de seguir con vida, Antonia despertó del coma sin poder hacer otra cosa más que parpadear, teniendo que enfrentar una nueva y dura realidad que la marcaría para siempre.

Al principio no podía hablar, ni comer ni expresarse corporalmente, pero a medida que pasaban los meses y gracias a un intenso trabajo de médicos, enfermeros y profesionales de rehabilitación; fue recuperándose y aprendiendo a comunicarse mediante señales corporales.

Las oraciones por Antonia continuaban en marcha, y la joven recibía cartas de ánimo y apoyo desde muchos rincones del mundo. Se hizo un grupo de Facebook: 'Orando por Antonia Cabrera', cuyos frutos siguen creciendo hasta hoy.

Lo que comenzó siendo una cadena de oración online promovida a nivel nacional pidiendo que la joven sobreviviera, rápidamente traspasó las fronteras de Chile. La noticia de su progresiva mejoría fue recibida como un milagro para los miles de orantes por Antonia, quien se ha convertido en un ejemplo de lucha y en una inspiración para muchas personas que al igual que ella han padecido las consecuencias drásticas de sufrir un derrame.

En la actualidad y ante el asombro de todos, Antonia ha recuperado la movilidad en gran parte de su cuerpo. A pesar de la hemiparesia derecha que padece, puede hablar, caminar, y alimentarse por sí misma. Continúa asistiendo a la clínica de rehabilitación y es allí donde también anima a otros pacientes que sufren dolencias de todo tipo.

Antonia Cabrera sigue luchando. Comparte su testimonio en diversos medios de comunicación, hablando sobre su experiencia de vida tras el derrame, demostrando que con fe y esfuerzo, uno puede superar cualquier obstáculo que se cruce en su camino, agradeciendo también a todas las personas que rezaron por ella pidiendo que su vida no se apagara.

'Los milagros sí existen', ha dicho en numerosas ocasiones la joven, afirmando que lo peor y que lo mejor que le ha pasado en su vida ha sido precisamente esta enfermedad derivada del derrame, pues a pesar de ser consciente de que su vida jamás volverá a ser la misma, esta otra nueva forma de vivir que ha comenzado desde entonces, le ha permitido mirar al mundo con otros ojos.

La joven afirma que siempre hay que dar más de lo que la vida nos pide, esforzarnos más y sí es cierto que hay momentos de dolor en los que uno puede desanimarse y sufrir, pero luego hay que volver siempre al equilibrio.

La historia de Antonia Cabrera es conocida en muchos países por ser un ejemplo inspirador sobre cómo valorar el estar vivos a pesar de las adversidades y de cómo vencer los pronósticos negativos, mediante el esfuerzo y la fe :'Gracias por sus oraciones, me han servido mucho más de lo que creen. Les digo que no han sido en vano, porque sigo viva. Nunca se cansen de rezar'.