A veces hay padres que prefierenocultar la verdad y otros prefieren decirle al hijo que es adoptado, es unaforma de estar tranquilos. Cuando una pareja no puede tener hijos, recurre a muchos métodos, entreellos in vitro, madre de alquiler o se postulan como adoptantes, en el mismopaís donde se reside o bien Niños que viven fuera en otros países.

Es mucha, lagente que desea adoptar, también hay mucho papeleo y el tema burocrático porel que se tiene que pasar, es bastante arduo. A veces cansa tanto, que lospadres adoptantes, en su desesperación, hacen cosas que quizás sean ilegales,como comprar un niño y hacerlo pasar como si la mujer lo hubiese tenido sola.

Miles deparejas mexicanas en buena posición, van por un bebé y cuando ya han pasadotodos los reglamentos y lo tienen en sus brazos, es tanto el amor que tienenpara darle, que no piensan que fueron adoptados, entonces cuando van creciendoesos niños, tratan de ocultar la verdad, pero otros padres adoptantes,prefieren decirles la verdad.

Cuando lospadres adoptantes ocultan la verdad, tarde o temprano se enteran. Si no es porfamiliar, quizás se lo dice el vecino de al lado. Otros, en cambio, la parejaadopta prefieren ir diciéndoselo de a poco apenas tengan entendimiento, de estaforma, el niño lo puede tomar más naturalmente.

MarceloOyhanarte nos comenta que él se enteró después que su padre adoptivo falleció,en el velatorio de su padre, una tía le comentó la verdad, porque ya era horade que supiera la verdad.

Al principio, no podía ocultar su amargura de tantosaños viviendo en la mentira. Habló con su madre y le negó lo que le habíancomentado. Pasaron unos tres años y cuando se casó, su esposa, le ayudó abuscar y rastrear a sus padres biológicos y quería saber del porqué delabandono. Gracias a una tía de su madre, que tanto insistió la esposa deMarcelo, dio con el paradero de sus padres biológicos.

Ambos les contaron laverdad, que debieron dejarlo, por orden de su abuela materna porque sus padreseran muy jóvenes y además ella venía de una familia adinerada y nadie debíasaber que había dado a luz a un bebé y aunque se casó años más tarde, nodejaron de pensar en él ni un minuto de sus vidas. Hoy Marcelo se visita consus padres, hermanos y sobrinos y a su madre adoptiva le perdonó que durantetantos años hubiera vivido en la mentira, comprendió que era tanto lo quedeseaba un bebé que no midió las consecuencias de sus acciones.