La vida es muy corta para desperdiciarla como lo estamos haciendo. Hay mucha frivolidad, superficialidad, egoísmos, miedos y temores que paralizan y un sinfín de cosas más, de la cual no podemos crecer ni avanzar en nuestra vida diaria. Muchas personas de dinero muestran sus riquezas como un logro genial en sus vidas, sin embargo son más pobres que los mismos pobres que no tienen riquezas ni bienes materiales. Pero sus realidades son otras, están vacíos por dentro y por fuera.

El pobre llora que no tiene con qué comer o piensa en qué comerá mañana.

No tiene trabajo o está en paro y hace lo que venga para subsistir, no tiene tiempo para pensar. Es feliz con lo poco o mucho que recibe cada día aunque se queje todo el día. Siempre tiene amigos, esos amigos que están en las buenas y malas, siempre hay alguien que les tiende una mano por si algo les llega a suceder y es ahí donde se ven los amigos leales.

La persona de dinero, la que es frívola, superficial, egoísta, no tiene amigos, tiene buitres a su alrededor, están al lado de ellos por conveniencia, sea por negocio o porque tienen un apellido, puede llegar a contar con dos o tres personas y es ya mucho. Si alguna vez necesitaras algo, les dirán: ¡¡cuanto lo siento!! En este momento no puedo ayudarte, quizás en otro momento te podría haber ayudado, ¿sabes?

Es la Crisis...

Y es ahí donde se dan cuenta con la clase de gente que se juntaron o que estuvieron a su alrededor. También es verdad, que no es como el pobre que debe pensar en qué comer, como vestir o como debe pagar una cuenta para llegar a fin de mes. En el fondo, que tanto alarde hacen esta clase de personas, internamente tienen miedo, tienen temores tanto como lo tiene un pobre, pero su miedo y temor es de otra clase, es el miedo a envejecer, es el miedo a no tener salud, es el miedo y el temor a quizás hoy lo que tiene le sea arrebatado de un momento a otro.

No se dice que el rico no pueda disfrutar de lo que tiene, pero debe tener más cuidado, en cambio el pobre aprende a mirar y disfrutar con lo que cada día recibe como bendición. Hay un refrán que dice: era tan pobre, pero tan pobre, que solo tenía dinero y vivía en la frivolidad, en la superficialidad, en el egoísmo que al final…estaba solo dentro de las cuatro paredes de su casa.