La fuerza de voluntad es el milagro para conseguir lo imposible

Nadie sabe de lo que es capaz hasta que se ve forzado a ello o lo intenta…

Si necesitas aumentar la voluntad, no busques ayudas externas, la fuerza que necesitas está dentro de ti. Cuantas veces quieres comenzar algo, como: hoy empiezo a dejar de fumar, hoy empezaré mi dieta estricta, hoy voy a comenzar con gimnasia y la pereza siempre te gana. Sabemos que debemos esforzarnos, pero no siempre nos resulta posible.

Empecemos a obedecer, más fácil que decidir. Obedecer sin pensar siempre te resultará más sencillo que tener que debatirte entre dos o más opciones.

No negocies contigo misma/o sino obedece sin pensar, de esta manera, en lugar de dudar sobre la decisión a tomar, vas y lo haces, por ejemplo: "mmmm está lloviendo, mejor me quedo en casa y voy otro día allí", "después voy al Mercadona, ahora tengo que hablar a Carla" no hagas eso, di: "voy a salir aunque llueva", "iré a Mercadona ahora y después llamaré a Carla".

Buscando incentivos

Pero, ¿qué ocurre cuando no conseguimos la fortaleza suficiente para cumplirlas? Lo mejor en estos casos es buscarnos un incentivo, premiar nuestro esfuerzo con un pequeño regalo, alguna actividad que nos haga ilusión, ir a la peluquería, irnos a comprar algo que nos agrada, etc. Esto tan solo será necesario al principio, pues con el tiempo habremos logrado interiorizar tanto la orden que no necesitaremos recurrir a factores externos.

Actúa con rapidez y decídete

A la hora de ir tras nuestros objetivos, los expertos aconsejan establecer tres tiempos. El primero consistirá en determinar nuestra meta, el segundo en establecer el plan de ataque y el tercero en ejecutarlo. Entre el primero y el segundo paso podemos tomarnos nuestro tiempo, pero una vez efectuado el segundo, el paso al tercero debe hacerse en forma rápida y enérgica.

Hay que tener en cuenta que la voluntad requiere un nivel alto de energía y por lo tanto, no se puede mantener durante mucho tiempo.

Si nuestro propósito es de largo alcance, por ejemplo: perder peso, necesitaremos más que un impulso. Lo difícil es no empezar, sino continuar.